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Héctor Castro Ariño A cuatro manos
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18 años sin respuestas

Héctor Castro Ariño A cuatro manos
10 marzo 2022

El próximo viernes se cumplirán 18 años del atentado más sangriento sufrido en España. Son muchas las preguntas que aún hoy nos hacemos y pocas las respuestas que obtenemos. Un atentado cuya investigación se cerró en falso y del que seguimos sin saber su autoría intelectual. A continuación, recapitularé varios artículos que he dedicado al tema.

El 11 de marzo de 2004 unos terroristas hicieron estallar diferentes bombas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Como consecuencia directa o indirecta del atentado fallecieron 193 personas y más de 2.000 resultaron heridas.

Los responsables finales de la matanza no fueron radicales islamistas y, menos aún, el grupo terrorista Al-Qaeda, el cual ni se nombra en la sentencia del juicio del 11-M. A día de hoy, sigo sin entender por qué los vagones donde explotaron las bombas comenzaron a ser desguazados al día siguiente de los atentados, en lugar de conservarse intactos como pruebas para el juicio así como para poder ser examinados minuciosamente para, entre otras cosas, haber aclarado el tipo de explosivo que se detonó.

No concibo cómo se pudo cerrar en falso la Comisión de Investigación del Congreso de los Diputados de España. Tampoco comprendo por qué al juez que instruyó el caso, Juan del Olmo, se le ocultaron datos importantes, como, por ejemplo, el informe que trataba el uso de móviles por parte de organizaciones terroristas.

Son muchas las incógnitas que siguen sin estar resueltas. ¿Cómo es que los primeros agentes policiales que llegaron al lugar donde estaba aparcada la famosa furgoneta Kangoo, la cual dio pie a las primeras detenciones, afirmaron que dentro del vehículo no había nada y, sin embargo, el auto de procesamiento estableció que la furgoneta contenía “61 evidencias”, incluyendo dos mantas, bufandas, 14 petos de fútbol, detonadores y una cinta coránica, entre otros elementos? Incluso el Jefe del Grupo Local de Policía Científica de Alcalá de Henares, encargado en las primeras horas de la investigación, dijo que “allí dentro no había nada”. Los perros policías no olieron ningún rastro de explosivo en la furgoneta, empero, posteriormente, aparecería un resto de Goma-2 Eco en la misma. ¿Dónde estuvo la furgoneta Kangoo desde su salida de Alcalá de Henares hasta llegar al Complejo Policial de Canillas? Recordemos que la misma llegó al complejo policial de Canillas 55 minutos antes de lo que indicaron los informes oficiales.

Siguen siendo mucho los interrogantes que se ciernen sobre el 11-M. Entre los diferentes objetos que se trasladaron de uno de los trenes a una Comisaría de Vallecas estaba, supuestamente, una mochila. En esa mochila había una bomba que no explotó, así como 500 gramos de clavos y tornillería. En las autopsias de las víctimas no se detectó ni presencia de clavos ni de tornillos, como tampoco en los trenes donde se produjeron las explosiones. Antes de que se ¿inmolaran? los supuestos terroristas islamistas en un piso de Leganés, la Policía tuvo tiempo de desalojar a los vecinos de ocho bloques de viviendas. En algunos de los restos de explosivos analizados se detectó nitroglicerina, un elemento que no lleva la Goma-2 Eco, explosivo este último que la sentencia judicial consideró que se había utilizado para hacer estallar los trenes. Son demasiadas las irregularidades presentes en la investigación.

No entiendo por qué los Gobiernos de PSOE y PP, así como los Tribunales, no han querido indagar en la multitud de contradicciones que presentó el caso. Ojalá algún día se puedan aclarar todas las dudas en torno al 11-M y obtengamos todas las respuestas. Finalmente, permítanme que desde estas líneas vaya mi más sentido recuerdo para todas las víctimas y sus familiares.

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