El tiempo lleva implícito un grado de subjetividad. Para algunos, un año es una eternidad y para otros, un suspiro. Desde que comenzó la movilización ciudadana por el nuevo Centro de Salud de Barbastro hasta que el pasado 3 de febrero comenzaron las obras, han pasado 781 días: breve período si lo comparamos con los casi sesenta años que lleva en marcha el actual ambulatorio. Este inicio de los trabajos pone término provisional a esta reclamación ciudadana.
En el logro de cualquier empresa intervienen siempre muchas circunstancias y personas. De algunas de ellas tenemos noticia y otras son ignoradas. No es una excepción el nuevo Centro de Salud.
Esta carta de agradecimiento está dirigida a todos aquellos que a lo largo de muchos años han contribuido a que, presumiblemente, dentro de poco tiempo podamos disfrutar de unas nuevas instalaciones: alcaldes y ayuntamientos del Área de Salud, instituciones provinciales y comarcales, consejerías, funcionarios… Todos, de una manera u otra, han facilitado llegar a este momento.
Pero esta misiva tiene unos destinatarios principales: las 85 asociaciones que constituyeron la Plataforma por un Nuevo Centro de Salud; las casi 5000 personas que estamparon su firma en las hojas de petición; los establecimientos que facilitaron su recogida; los participantes en la histórica manifestación del día 17 de enero; los voluntarios que, con un entusiasmo emocionante, hicieron que la protesta se desarrollara de manera ejemplar; los médicos que se atrevieron a alzar la voz sin temor; los periodistas y medios de comunicación que sirvieron de altavoz; las empresas colaboradoras…
En definitiva, todos aquellos que sin ningún tipo de interés, sin afán de protagonismo y con total generosidad han demostrado su compromiso con esta causa justa y la han llevado al éxito.
Esta movilización ha demostrado que desde la sociedad civil se pueden cambiar las cosas con compromiso, esfuerzo, constancia e inteligencia. Los ciudadanos no solo tenemos esa capacidad, sino la responsabilidad de ponerla en práctica.
La comodidad, el rechazo a significarse o temores infundados hacen que no todos den un paso al frente. Los tiempos no son fáciles y el deterioro de muchos servicios, principalmente el sanitario, nos exigen a todos una postura activa que defienda nuestros derechos.
En todo caso, el comienzo de las obras no significa el logro definitivo, sino la primera etapa. Una vez finalizadas habrá que dotar a ese magnífico continente de unos medios humanos y materiales suficientes y bien organizados que garanticen el servicio al que están destinados.
Tanto nuestra asociación como los que nos han acompañado en este trayecto permaneceremos atentos para que todo se cumpla.