Alrededor de una mesa, nueve mujeres ribagorzanas se juntaron para charlar libre y abiertamente sobre su realidad. Las dificultades de su día a día como agentes del mundo rural, la incidencia de la brecha de género y los avances en materia de igualdad que se han experimentado en los últimos años. Nueve voces que se unieron en el Salón de Plenos de la Comarca de La Ribagorza bajo el epígrafe ‘Mujeres imprescindibles, siempre’. Las intervenciones concluyeron en resaltar la especial valentía con la que las pasadas generaciones arrancaron un lento proceso de cambios. El cual consideran hay que impulsar todavía para favorecer una igualdad real de género.
El acto fue presentado por la periodista Elena Fortuño. Describió los perfiles de cada una de las mujeres invitadas y moderó las intervenciones en relación a cinco temas; ámbito laboral, asociacionismo y la participación social, acceso a los recursos y servicios públicos y privados y, para terminar, perspectivas de futuro. La diversidad tanto en edad como en el ámbito profesional, social o familiar promovió un diálogo abierto y diverso.
En el evento, quedó representada la juventud de dos estudiantes como Alba Prado y María Lacambra. En mujeres que han decidido permanecer en el territorio como la profesora Andrea Prior, Esther Cereza, alcaldesa de Montanuy y consejera de Acción Social de la Comarca de La Ribagorza, o Olga Aventín, presidenta de la Asociación Mos Achuden. El papel de emprendedoras como la artesana Marta Danés o la ganadera Sara Feixa, ambas de Serraduy. O la mirada experta de María Elena Trell, auxiliar del servicio a domicilio de la Comarca de La Ribagorza. Y Emilia Vicente, grausina voluntaria de la Cruz Roja completó un marco de riqueza y variedad.
Obstáculos y mirada al pasado
Elena Fortuño arrancó el intercambio de opiniones señalando al mundo del trabajo. En este punto, los obstáculos que encuentran las mujeres para establecerse como trabajadoras en el ámbito rural fue puesto sobre la mesa por la artesana Marta Danés, incidiendo en las dificultades de la conciliación familiar. “Cuando eres madre casi tienes que elegir a qué dedicarte. Es un esfuerzo extra poder llevar ambas vidas, aunque al final lo consigues”, reiteró la ceramista. El grupo insistió en la necesidad de invertir en la mujer como agente económico primordial, énfasis mostrado como motor social durante la última pandemia. Se reivindicó “recibir más apoyos” como indicó la ganadera Sara Feixa.
Una visión de conjunto fue la que se dirigió al pasado para valorar los avances que se disfrutan en el presente gracias al esfuerzo de las generaciones pasadas. “Mi madre iba al campo todos los días, pero mi padre cuando llegaba a casa se sentaba. Era una esclava. Esa era la vida. Por suerte todo ha evolucionado para bien”, arrancó Emilia Vicente, de 76 años. “De los tiempos de antes a los de ahora veo que ha ido para bien. De cara al futuro debemos andar un poco más”, sentenció María Elena Trell.
El cambio en ciertas perspectivas va calando en una sociedad que acepta la ruptura de roles tradicionales. Una que ya no contempla con extrañeza los puestos que ahora ocupan mujeres en espacios que, históricamente, eran de hombres. “Hace diez años que una mujer fuera alcaldesa se veía como algo extraordinario. Ahora creo que se advierte como algo normal. Yo siempre me he sentido respetada por mis compañeros”, añadió Esther Cereza, alcaldesa de Montanuy.
Concienciación para aunar esfuerzos
En cuanto a la labor del asociacionismo, Olga Aventín remarcó la necesidad de “aunar esfuerzos” para colaborar entre todas las instituciones. La presidenta de la Asociación Nos Achudem del Valle de Benasque enfatizó el vínculo de la sororidad como red de ayuda entre mujeres.
Las invitadas más jóvenes, las estudiantes Alba Prado y María Lacambra, desplegaron un discurso de ánimo y concienciación hacia el fortalecimiento de roles diversos y rupturistas. En cuanto a la distancia de oportunidades entre la ciudad y el ámbito rural “Un punto a favor es que en un pueblo nos entendemos entre jóvenes de distintas edades y generaciones, para apoyarnos entre nosotros”, proclamó María Lacambra, estudiante del IES Baltasar Gracián de Graus.
Ambas manifestaron sus deseos de volver a vivir a Ribagorza tras terminar sus estudios, algo, no obstante, que no ven tan fácil por las oportunidades laborales. Sin embargo, Andrea Prior les apoyó para consolidar esa idea que ella está viviendo en primera persona. “Yo tenía muy claro que quería ser profesora en una escuela rural como Benabarre. He decidido volver al mío, que es donde me he criado. Muy contenta de poder contribuir con mi formación”, manifestó Andrea Prior, que ve con positividad el avance que los jóvenes experimentan en la incorporación de una igualdad real entre hombres y mujeres porque “sale en el día a día. Si ellos y ellas están cada vez más concienciados, ellos serán los que provocarán esos cambios”.
Marcel Iglesias, Presidente de la Comarca de La Ribagorza, y Gemma Betorz, alcaldesa de Graus, estuvieron presentes en un evento que contó con la presencia de varios consejeros comparcales.