Los pasados 2 y 3 de octubre Barbastro acogió la decimocuarta edición de El Desván. Desembalaje de antigüedades.

Durante dos días tuvimos la oportunidad de viajar en el tiempo a través de los 34 expositores que se dieron cita en el pabellón cubierto del recinto ferial de Barbastro. El público volvió a responder a esta cita que anualmente organiza el ayuntamiento de la capital del Somontano.

En esta feria pudimos deleitarnos con piezas vintage, artículos de época y auténticas antigüedades. Entre la gran variedad de productos se encontraban teléfonos de muy diversa índole, relojes de todos los tamaños, vajillas y cristalerías, colecciones de cromos, carteles publicitarios, muebles y curiosos artilugios, como una prensa de uva hecha de madera.

Coleccionistas y visitantes de diferentes procedencias se dieron cita en El Desván, una feria que, según señalan desde la organización, «mantiene el reconocimiento como Certamen Internacional del Ministerio de Economía y Competitividad».

En cuanto a los expositores, estos procedían de las provincias de Huesca, Zaragoza, Tarragona, Barcelona, La Rioja, Lérida, Gerona, Navarra, Castellón e incluso Francia.

Por otro lado, cabe decir que anticuarios y visitantes cumplieron en todo momento con las medidas anticovid. Además, este año los expositores guardaban una mayor distancia entre sí. Como el año pasado, se controló el aforo y se ubicaron varios puntos de gel hidroalcohólico.

Así pues, la seguridad ha sido primordial en este certamen que, una vez más, consolida a la capital del Somontano como un referente en el mundo de las antigüedades.

No quiero dejar pasar la ocasión de felicitar al Área de Desarrollo del consistorio barbastrense por el exitoso resultado que, una vez más, ha cosechado El Desván.

El hecho de que vendedores y compradores compartan un espacio amplio, como es el pabellón cubierto del recinto ferial de Barbastro, propicia que se realicen más transacciones y hace que el público pueda ojear y comparar entre todos los puestos de venta.

Quisiera destacar también el hecho de que en esta decimocuarta edición ha habido lista de espera entre los anticuarios y que, finalmente, han sido 34 los que han participado en la feria, tres más que el año pasado.

Los amantes de lo vintage esperan ya con ilusión la que será la decimoquinta edición de El Desván y que, seguro, igualará o mejorará el resultado de la de este año.