La invasión de Ucrania propició el incremento en el precio del cereal. Y la situación parece todavía demasiado estable. “Los precios están altos, al igual que los costes de las materias primas, que se han disparado; principalmente los fertilizantes”, asegura Daniel Mancho, director técnico de Agrícola San Julián, en Graus.
La campaña pasada, una urea se compraba en torno a los 300 euros. Hoy vale 1.100. El riesgo a la hora de comprar mercancía permanece y Mancho lo explica con un ejemplo claro: “Si compro y hay un cambio de tendencia en el mercado internacional y empieza a bajar, podríamos tener unas pérdidas tremendas. Deja de haber una previsión para haber una inmediatez”.
Otros fuentes consultadas por este periódico confirman que el precio se “mantiene” desde hace unos meses. Entonces, subió prácticamente 100 euros. La perspectiva es que, con la campaña de aquí, “a lo mejor baja un poco. Pero no mucho”.
Hasta ahora, la cosecha del cereal de este año tenía “muy buena pinta, porque había llovido”. Ahora, con el calor de mayo, “seguramente va a perjudicar porque acelerará que se seque la planta sin acabar de formar el grano, lo cual implica menos kilos. Como pasemos dos o tres días de 30 grados, ya se notará”.
La pinta es “mucho mejor” de lo que era a final de febrero, “que no había llovido prácticamente nada”. La incertidumbre y el riesgo es la mayor preocupación del sector. El nivel de precios “no es sostenible para la ganadería” y sentencia que las ganaderías familiares “lo están pasando realmente mal”.
El conflicto en Ucrania también tiene sus consecuencias en el cereal
