La séptima etapa del Giro de Italia entre Diamante y Potenza, disputada el pasado viernes 13 de mayo, dejó a Sergio Samitier, el ciclista barbastrense de Movistar, fuera de la carrera. Era una jornada con montaña en la que ya en la previa se anunciaba como “peligrosa”. El aragonés se fue al suelo mientras intentaba coger a la fuga del día y sufrió un golpe importante en la cara y la cabeza. El corredor perdió el conocimiento por un momento. El médico desaconsejó su continuidad en la carrera y, por la tarde, se le realizaron pruebas que descartaron cualquier tipo de lesión.
“Todos esperábamos con ilusión este Giro, y él el que más. Lo había preparado muy bien, a conciencia, hilando muy fino a nivel de todo: peso, nutricionista, entrenamientos en altura… Igual que el Tour del año pasado. En esa preparación te puedes pegar cuatro meses”, lamenta Toño Escartín, presidente de la Peña Sergio Samitier. Varios de sus miembros salieron el domingo de ruta con la bicicleta para apoyar a su paisano. Es una “lástima” que la caída viniera una vez pasada la primera semana, añade Escartín, “que es la de más tensión. Ahora venía lo bueno con el terreno de la montaña”.
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El presidente de su Peña echa la vista atrás y recuerda la “mala suerte” del ciclista, ya que hace dos años “también tuvo una caída cuando estaba en el grupo que iba a ir a Andorra concentrado para preparar el Tour de Francia”. Días antes tuvo una caída “importante” en los Llanos del Hospital entrenando y “ahí sí que tuvo que parar un tiempo”. Esta vez, los golpes en Italia tan solo requirieron puntos en la cara, frente, mejilla y barbilla, pero “eso no le priva de pedalear”.
Más de 600 WhatsApp –algunos de ellos todavía sin contestar– demostraron el cariño y afecto hacia el corredor. En Barbastro, aunque “a todos no les guste el ciclismo, conocen a Sergio y es un chaval que se gana el cariño de la gente. Todo el mundo le aprecia”.
Desde el domingo ya está en casa y esta semana “saldrá suave” a pedalear, subraya, pero es una “pena” el hecho de abandonar la carrera. “Te da rabia y es un golpe duro, pero al final es su trabajo y hay que continuar y mirar a la siguiente”, concluye esperanzado.