José Solana Dueso (Plan, 1946) fue galardonado con el Premio Arnal Cavero a su novela escrita en chistabín La deleria del cobalto. En ella, cuenta la historia real de dos ingleses que viajaron andando desde Barbastro hasta Francia pasando por Plan, donde se encuentran con una mina de cobalto.
Asegura Solana que sigue las huellas de su familia, concretamente las de Nieus Luzía Dueso, escribiendo en su lengua materna. «Lo del escribir es un impulso que se lleva dentro. La pretensión que tengo haciéndolo en chistabín es intentar que no se acabe, aunque no me guste esta expresión», indica. De las tres novelas que ha escrito en esta lengua, dos han recibido el Premio Arnal Cavero. «Una de las debilidades del aragonés es la escasa tradición literaria. Había oralidad pero no se reflejaba en documentos», añade.
Solana lamenta la poca apreciación hacia una realidad, «nuestra lengua», aunque asegura que parece recuperarse «un cierto orgullo por lo que es nuestro». «No es una cuestión política sino de apreciar un tesoro que tenemos. Quien dice lengua dice literatura», afirma.
Lo que en el instituto comenzaron siendo «pensamientos desordenados», han acabado en forma de un poemario titulado Más allá de las piedras. Sandra Maza (Binéfar, 1996) estudia filología hispánica, da clases de lengua y literatura en Monzón y define su poesía como «historias poetizadas».
“Historias poetizadas”
El camino que escogió le ayudó a seguir escribiendo. «Acabé dando orden y un sentido a tanta idea. Al principio intenté imitar a Herman Hesse, me encanta cómo escribe. Se me ocurrió presentar los poemas a concursos y editoriales y una de Zaragoza me respondió», indica. Asegura Maza que su poesía es entretenida pero tiene sentimientos, «juega mucho la interpretación de cada lector y del estado de ánimo que tenga cuando la lee».
Reconoce que le gusta este género «porque no tiene un argumento como una novela, cada uno lo entiende como quiere». Sus amigos más cercanos siempre han sido un gran apoyo: «me hacía ilusión que les gustase porque al final había invertido tiempo y mucho esfuerzo». Es consciente de que, a día de hoy, para darse a conocer es fundamental estar en redes sociales. «Sin embargo, yo repelo el Instagram y todo eso. Me estoy moviendo por librerías de la zona para poder hacer presentaciones sencillas. Voy haciéndolo a la vieja usanza, me parece más romántico», concluye.