La cultura en el medio rural, por un lado, puede ser el trampolín para jóvenes talentos. Por otro, el aliciente perfecto para visitar centros de exposiciones en localidades pequeñas, enclaves maravillosos que hacen del arte su forma de vivir. Dos opciones recíprocas que se alimentan entre ellas y construyen puentes para fomentar la cultura. Hacen posible que los pueblos no se apaguen. La mano del arte y la de los artistas establece un vínculo especial con su oficio para dotar de energía cultural a los municipios.

En Buera, ‘La Gata Montés’ es una “ventana abierta” a los artistas locales. Bajo la atenta mirada de Santiago Lisa y de la Sierra de Guara, esta sala de exposiciones es una “continuación” de las exposiciones en La Cantina de Barbastro y de numerosos años vinculado al mundo del arte del exconcejal del Ayuntamiento de Barbastro.

“La cultura pictórica es la que más me llena. Sobre todo la creación local. Los artistas locales crean un flujo importantísimo dentro de la zona. Hacen que haya ilusión y que artistas más jóvenes tengan ilusión. Hay que mantener viva esa expectación. Sin ilusiones no nos queda nada”, indica Lisa. Se nota que el arte fluye por sus venas. A pesar de estar ya jubilado, se dedica íntegramente a esta divulgación porque “es un gusanillo que ya no te deja”.

Para conservar esa esperanza, Lisa propone crear “salas en red”. “Barbastro es la ciudad que más salas de exposiciones tiene de Aragón en relación con sus habitantes. También reivindico más respaldo para lo local. No tiro la toalla para que Barbastro lleve a cabo un salón de otoño. Sin muchos aspavientos y sin mucha inversión, pero digno. No tiene que ser solo de un fin de semana, sino de 20 días, por lo menos, para que tengamos cifras de 20.000 personas en una sola exposición”, explica.

Apoyo a los artistas

Ese respaldo “a lo local”, lo ha llevado consigo Lisa que creó una “exposición local con más de 60 artistas en Barbastro, y tuvo un éxito tremendo. “Pasaron más de 30.000 personas. Me parece vital que Barbastro tenga una sala de artes de verano. Monzón tiene el de primavera que sería complementario. Pero ahí, los artistas locales tendrían cabida y sería una ventana todavía más importante”, señala.

Por último, Santiago Lisa pide un mejor trato a los artistas “porque les cuesta sobrevivir”. “Lo que exponen es su dinero y su tiempo. Es muy difícil vender. Tendría que haber más apoyo institucional y habría que intentar cambiar la cultura de los ciudadanos. Esa cultura de compramos cuatro cuadros en supermercados. Tenemos artistas que son un lujo. Barbastro tiene artistas en todo el mundo”, concluye.