Hasta Teruel viajó Carlota Puertas y su padre Mariano Puertas Rabal para recoger el ‘Premio al comercio centenario’ que les otorga la Dirección General de Comercio, Ferias y Artesanía del Gobierno de Aragón. Se trata de la segunda edición de estos premios que buscan fomentar y apoyar el desarrollo, la promoción y la competitividad del sector del comercio.
Carlota, cuarta generación al frente de Casa Puertas desde 1913, cuenta que la candidatura a los premios llegó a través de la Asociación de Empresarios de Somontano de Barbastro (AESB). Desde la asociación es animaron a presentar la solicitud en la categoría de ‘comercio centenario’.
Después de rellenar los papeles, no volvió a acordarse del tema. Hasta que recibió una llamada del Gobierno de Aragón para anunciarles que habían ganado y debían viajar a la gala del comercio que se celebraría en Teruel el 8 de junio.
Y allá que marcharon Mariano y Carlota, acompañados de Nacho Bernad en representación de la AESB. En la foto de familia final, también estuvo el barbastrense Manuel Rodríguez Chesa, presidente de la Cámara de Comercio de Huesca.
Carlota cuenta que resultar ganadores le causó “sorpresa, sobre todo después de haber ganado ya el Germana de Foix“, que recogieron de manos del Ayuntamiento de Barbastro el pasado octubre. En la gala, se proyectó un vídeo de dos minutos y medio, donde se recordaron los inicios del negocio.
Así, en 1913, el bisabuelo de Carlota, en el mismo lugar donde ahora se ubica la tienda en la calle Martínez Vargas, abrió un negocio de carpintería. Su padre Mariano rememora que fue en 1940 cuando se trasladan a la calle Monzón y que fue su padre el que transformó el negocio de la madera en un ‘Bazar Universal Mariano Puertas’.
De 1969 a 2000, el comercio estuvo en sus manos, hasta que ese año, al jubilarse, se incorporó Carlota Puertas. Ya en 2018, la tienda regresó a su ubicación original, donde siguen atendiendo a los clientes de toda la comarca.
Los clientes
“Todo el esfuerzo de tantos años no sería nada sin los clientes”, afirma Carlota, quien se siente “emocionada” al ver pasar generación tras generación por la tienda. Su padre añade que mantenerse se consigue “a base de tesón, honradez y atender bien al cliente”.