Esta vez el tema de la sección “A cuatro manos” me lo ha sugerido precisamente El Cruzado Aragonés. En la portada del número correspondiente al viernes 3 de junio había una fotografía de las personas que llevaban ya cien domingos concentrándose en la estación de Monzón que con el lema “Tren a Lleida, ya”, piden mejoras en el servicio ferroviario.
Esto me ha hecho recordar que, en la estación de Sans en Barcelona, el letrero que anuncia los autobuses a Zaragoza está escrito en catalán: Saragossa.
Y yo me pregunto ¿Porqué nosotros escribimos Lleida en vez de Lérida y en Sans no escriben Zaragoza en lugar de Saragossa?
No es justo generalizar porque eso no es obra de “los catalanes”, pero sí lo considero una falta de respeto hacia los aragoneses por parte de algún “personajillo” que creo no debe tener mucha educación y sí un ego muy subido.
Estos días estamos asistiendo a un debate que no se sabe muy bien cómo terminará y es sobre la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno. Por lo que parece van a quedar para Aragón lo poco que no quiere (o no puede), la Generalidad.
El presidente Lambán se está desgañitando pidiendo un reparto justo de las disciplinas deportivas, pero me temo que su grito va a quedar silenciado, tanto por el Comité Olímpico como por el presidente Sánchez a quien Lambán ha recurrido pidiendo su intervención; pero ya sabemos cómo se las gastan los independentistas (que no los catalanes), cuando se trata de obtener beneficios para su causa. Sinceramente, espero equivocarme y que los aragoneses no nos quedemos, como siempre, con lo que otros no quieren.
No es que yo desee ardientemente esta celebración. Ni soy deportista más allá de lo que recetan los médicos para la salud, ni siquiera sigo el deporte por los medios de comunicación, pero creo que las estaciones de nuestro Pirineo merecen un trato mejor del que están recibiendo, porque hay personas que han trabajado mucho para dotarlas de unas buenas infraestructuras y no merecen ese ninguneo a lo que las están sometiendo en los últimos meses.
Perdonen si me equivoco, pero aún recuerdo cuando Cataluña se llevó los Archivos de Salamanca “porque había documentos que les pertenecían”. Entonces ¿Por qué cuesta tanto recuperar los bienes de las parroquias de Aragón depositados en Cataluña? ¿Y por qué sigue estando ahí el Archivo de la Corona de Aragón? ¿Y dónde está el documento de las Capitulaciones Matrimoniales de doña Petronila de Aragón con el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona?
Demasiadas preguntas de las que, al menos yo, no conozco las respuestas. Ojalá un día las desclasifiquen y nos podamos enterar de todo.