“Se conoce como ‘emigración golondrina’ aquella de carácter estacional y temporal. En el Pirineo se practicó intensamente hasta las primeras décadas del siglo XX”. La definición aparece al final del videoclip de La tumba de la golondrina, tema que estrenó en mayo Rozalén junto con los altoaragoneses de La Ronda de Boltaña.
Gran parte de este movimiento migratorio lo protagonizaban mujeres altoaragonesas que iban a trabajar a las fábricas de alpargatas en el sur de Francia. A ellas son a las que llamaban golondrinas: marchaban de casa a finales de septiembre, por San Miguel, y regresaban en primavera, viaje similar al de estas aves.
“¡Por cuatro perras gordas, los sueños rotos, los niños muertos!”, canta Rozalén. Lo evidencia un documento del archivo de la Diócesis de Barbastro-Monzón que se publicó este verano. En un quinque libri que se conserva de Gistaín, con fecha de octubre de 1906, aparece que seis niños de entre 11 a 17 años, conocidos como las golondrinas, “fallecieron en el Puerto el día treinta y uno de octubre a consecuencia de la acción del frío prolongado”. José, Josefa, María, Joaquina, Trinidad y Teresa pasaban a trabajar al Pirineo y se encontraron con una de las ventiscas de nieve y frío más potentes que jamás ha conocido el Valle de Gistaín y que terminó vistiéndolo de luto.
Un fenómeno vigente
Lo reivindicativo y nostálgico de la Ronda de Boltaña se une a lo más solidario de Rozalén en esta canción. Lejos de contarse como un suceso pasado, “es una reflexión sobre la situación actual de la migración que nos recuerda que nosotros hemos sido siempre un pueblo que ha migrado”, cuenta el rondador Manuel Domínguez para Aragón TV.
Este movimiento migratorio tiene mucho de actual. Lo dejan claro cuando se preguntan: “¿Te he de recordar que aquí aún sabemos qué es emigrar?”. La provincia de Huesca es la española con menos paro. Tiene una tasa de paro del 6,77%, muy cercano al 5% del pleno empleo, según los datos de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2022. No obstante, la realidad es que no son pocos los jóvenes que en algún momento de su vida se ven obligados a marchar fuera para poder trabajar en su ámbito.
Aunque sean “morir o migrar” las palabras que más repiten en la canción, los rondadores y Rozalén recuerdan, aunque con la tristeza que envuelve a la melodía, a todas las golondrinas de hoy en día que “el nido esperándote está”.
“Me enamoré de la Ronda de Boltaña en una escapada muy especial a los Pirineos”, aseguró Rozalén a través de Instagram. Hoy, 8 de septiembre, y como viene siendo tradicional, será Barbastro quien solo tenga ojos para los rondadores.