Sandra González, más conocida como Sandra Style, es una empresaria e influencer, que ha nacido en Tolva y crecido en Graus, pero que se siente montisonense desde hace cuatro años. Es la propietaria de los centros de belleza Sandra Style y cuenta con alrededor de 18.600 seguidores en Instagram.
Se define a sí misma como una persona tozuda, valiente y emprendedora. Y es que no es para menos, porque Sandra, con tan solo 19 años, abrió su primera tienda de ropa y estética en Graus. Gracias a ello, ganó el premio a la emprendedora más joven de Aragón en el 2014.
Sus dos pasiones por aquel entonces eran la ropa y la estética, así que decidió unir ambas en una sola tienda. “En la tienda de ropa tenía un espacio dedicado a la estética. Hacia las uñas mientas vendía la ropa”, explica Sandra.
Cinco años después, decidió dar un cambio drástico en su vida y cerrar su tienda en Graus. “Me había acomodado demasiado en Graus y eso me cortaba las alas. Quería crecer profesionalmente, ir más allá”, explica Sandra.
Mientras tanto, comenzó a realizar pequeños trabajos en Aínsa hasta que finalmente decidió instalarse en Monzón en el 2019. En principio continuo con el concepto de comercio que ella misma había creado previamente en Graus; una tienda de moda que a su vez fuera de estética.
“Abrí en Monzón y al mes tenía ya toda la agenda de estética llena. Estoy muy agradecida a todos los montisonenses porque la acogida fue brutal”, declara. En ese momento y aprovechando la pandemia, centró su tienda solamente en la estética.
A finales del 2020, abrió otra tienda en Barbastro, en esta ocasión de depilación láser. Según ella, vivir y desarrollar su actividad en un núcleo rural es maravilloso y confiesa que “me da la vida vivir a un minuto andando de mi puesto de trabajo o en Barbastro, poder aparcar el coche al lado de la puerta”.
Sandra apuesta firmemente por el emprendimiento en el medio rural y considera que “debemos ser más los emprendedores que confiemos en los núcleos rurales”.
Tener sus dos tiendas en dos pueblos son todo ventajas porque “el trato con el cliente es mucho más cercano, y el servicio de calidad que puedes ofrecerle a los clientes no es comparable al de una ciudad”.
Para ella, desarrollar su negocio en un pueblo es una apuesta total que piensa seguir realizando. “Estoy muy agradecida a los pueblos. En Sandra Style tenemos máquinas que en centros de Madrid ni siquiera tienen y eso está en un centro rural porque yo confío en ese núcleo rural”, expresa.
Sandra tiene muy claro que antes de ser empresaria, es persona y cliente. Considera que la clave de que su negocio funcione es porque se pone antes en el lugar del cliente.
Además de trabajar en sus dos tiendas, Sandra es influencer, aunque explica que no le acaba de gustar del todo ese término. Comenzó a mostrar su trabajo y parte de su vida en la red social de Instagram hace ocho años, y a día de hoy tiene alrededor de 18.600 seguidores.
“Soy empresaria de dos centros de estética que son mi vida. Lo de influencer está en un segundo plano y sí que es cierto que me ha traído cosas muy bonitas, pero no le doy mucha importancia”, confiesa Sandra.
Explica que comenzó a subir contenido a esta red social porque le gustaba y le entretenía, pero que nunca se dedicaría a ser influencer. “Hago lo que quiero con mis redes sociales. Si influyo bien, y si no también”, aclara.
Hablando sobre el éxito, Sandra tiene claro cuál es su meta en la vida. “Yo no busco el éxito. Yo busco estar cómoda y disfrutar de mi trabajo, hacer lo que me apasiona”, confiesa.
Esta misma visión es la que aplica a su negocio. “Busco cubrir las necesidades de mis clientes. Cuando mis clientes tienen una necesidad que yo creo que puedo cubrir, busco ese servicio y lo ofrezco”, expresa.
Respecto a sus planes de futuro, explica que son muy inciertos. “Os puedo sorprender de cualquier forma. Soy muy inquieta, no paro de innovar, de moverme… Así que planes a futuro hay muchos, pero son sorpresa hasta para mi misma”, aclara Sandra.
