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Margarita Costa: «En la peluquería no podemos contratar»

Marga Costa, propietaria de Peluquería Marga en Barbastro, asegura que este sector atraviesa una de las crisis más graves de cuantas se ha enfrentado

Marga Costa junto con su hija Berta en su comercio Peluquería Marga. FOTO: S.E.
Marga Costa junto con su hija Berta en su comercio Peluquería Marga. FOTO: S.E.
Lola Gª Casanova
25 octubre 2022

“No podemos repercutir toda la subida de precios en nuestros clientes. Ellas también están sufriendo la inflación”, explica Marga Costa, propietaria de Peluquería Marga en Barbastro. 

Con más de 30 años como profesional, Marga comenta que este sector atraviesa una de las crisis más graves de cuantas se ha enfrentado. La situación –relata– empezó a complicarse durante el periodo de pandemia y todavía no se ha recuperado. 

La irrupción de la covid-19 implicó, en muchas clientas, un cambio de costumbres. Muchas de ellas comenzaron a frecuentar menos estos establecimientos. En el caso de Marga: “De las habituales de todas las semanas, que todavía las hay, las jóvenes han desaparecido. La franja de edad de 30 a 50 años ha espaciado más sus visitas. Las más mayores no, muchas de ellas siguen acudiendo con la regularidad de siempre porque para ellas, no se trata sólo de un servicio de peluquería sino también de higiene”.

Este sector lleva luchando algún tiempo para lograr que se le rebaje el tipo de IVA. Se encuentra al 21 %, como si fuera un artículo de lujo. Ellos replican “no somos esenciales, pero sí muy necesarios”. No obstante, siguen sometidos al IVA del 21 %. Y a esta situación se suma la inflación y el precio de la energía. 

En la última factura de la luz, Marga Costa ha pagado un 60% más que hace un año. Además, los productos que utiliza se han encarecido un 10% en este mes. 

En la actualidad, ella mantiene contratadas a dos personas a jornada completa y otra a media jornada. “He llegado a tener hasta a cuatro personas a jornada completa. Y nunca me ha quitado el sueño tener que hacer frente a las nóminas. Siempre trabajando y contratando por dar un servicio  de calidad. Para que mis clientes sean bien tratadas”. 

Sin embargo, las perspectivas en estos momentos no son optimistas. “Ahora todo es incertidumbre, esperar a ver qué pasa, no saber. Y me temo una subida de los seguros de las empleadas y de las Seguridad Social. A este paso, estoy convencida de que en la peluquería sólo trabajará la propietaria y quizá una de apoyo. Creo que lo de contratar se ha acabado porque no podemos, ¡de verdad! Nos están asfixiando. Me gustaría que los gobernantes mirasen por los autónomos y los empresarios que somos quienes damos trabajo”. 

Junto a Marga trabaja también su hija Berta, esteticién. El objetivo es ampliar los servicios que prestan y la cartera de clientes. “Siempre me he movido mucho buscando ofrecer lo mejor. Y lo continuaré  haciendo porque hay que seguir hacia delante. Pero esto ha dejado de ser un negocio, ahora se trabaja por un salario justito”. 

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