Carlota Puertas continúa al frente de un negocio familiar que iniciaron sus tatarabuelos. Ella, la cuarta generación, sigue convencida de las posibilidades de la pequeña tienda: “Aunque el futuro hay que ganárselo trabajando”. Y alude a los valores de la disciplina y del servicio y la virtud de la paciencia.
“La tienda exige disciplina, sobre todo, en los horarios. No puede ser que uno abra cuando le apetezca. Se debe ofrecer una regularidad y ser serio”. En su caso insiste en la calidad del producto, en el trato cercano y el servicio “que en numerosas ocasiones significa paciencia, mucha paciencia para atender a las personas como se debe. Ayudándoles siempre en su elección y con una sonrisa. Sin atosigar”.
A Carlota Puertas le gusta su trabajo y agradece a los clientes su respaldo que hace posible que el negocio familiar continúe.
En cuanto a Internet, Casa Puertas cuenta sólo con perfil en la red social Instagram. A favor de Instagram ha jugado su facilidad de uso, su inmediatez y ser muy visual. “Los clientes pueden conocer los nuevos productos y nos preguntan por ellos, a veces, reservan. La verdad, a mí sí me resulta útil para las ventas”.
Sin embargo, afirma que no dispone de tiempo para más redes. “Aunque esto es una sociedad de los hermanos, estoy sola en la tienda y esto no es sólo atender. Hay mucho más trabajo detrás. Algunos días me voy a casa cerca de las 10 de la noche. La página web, las redes exigen un tiempo de dedicación importante. En los pequeños negocios llegar a todo y, además a Internet, supone un verdadero sobreesfuerzo”.