Un total de 26 años de cárcel para el asesino de Hassna. Abdelkader B. M, exmarido de esta mujer vecina de Barbastro, asestó 12 puñaladas a la víctima en presencia de sus hijos. El hombre contaba con antecedentes de violencia machista y la pareja se encontraba en trámites de separación. Tras el veredicto de culpable, a manos de un jurado popular, la Audiencia de Huesca lo ha condenado a 26 años de cárcel.
Lo considera autor de un delito de asesinato con agravantes como alevosía y parentesco. A esto se añaden dos años más de condena por el maltrato psicológico por el estrés postraumático que ha causado a los menores. Se le ha retirado la patria potestad de sus tres hijos, a quienes no se podrá aproximar a menos de 500 metros. Por otra parte, el condenado seguirá con la obligación del pago de la pensión alimenticia a sus vástagos de 1, 6 y 13 años en el momento del crimen. El suceso tuvo lugar en Barbastro el miércoles 30 de junio de 2021.
La sentencia de la Audiencia de Huesca recoge también la indemnización a cada hijo con 140.000 euros y a otros cuatro familiares: padres de la víctima (55.000 euros cada uno) y los dos hermanos (22.000). En total, 460.000 euros.
Un asesinato consciente
En 2018 al condenado se le diagnosticó un trastorno psicótico de celopatía. Su personalidad mostraba rasgos de misoginia, ideas delirantes persistentes que actuaba movido por una idea de dominación y de poder sobre su exmujer. Aún así, la condena descarta el brote psicótico. Sus facultades podrían estar mermadas pero en absoluto anuladas.
Reacciones en Barbastro
Minutos de silencio, dos días de luto oficial en el Ayuntamiento y suspensión de los actos programados por el Consistorio. El crimen causó una honda tristeza y sacudió sinceramente a los vecinos de Barbastro. El Colectivo Feminista del Somontano convocó una manifestación para condenar y mostrar su repulsa por el crimen y la violencia machista. Más de 200 personas se dieron cita en la plaza del Mercado de Barbastro. Se encendieron velas en recuerdo de la víctima y los asistentes portaron pancartas condenando todo tipo de violencia de género. Unos meses más tarde, los jóvenes realizaron un mural en las orillas del río Vero (puente del Portillo) como recuerdo y homenaje a la víctima.