Barbastro

Juan Carlos Ferré: «La memoria es también un sentimiento y una necesidad»

El profesor Juan Carlos Ferré ha coordinado un proyecto en torno a la memoria y el pasado cuyos beneficios se destinarán a la Asociación del Alzheimer

Juan Carlos Ferré, junto a Carmen Javierre (centro) y Carmen Arroyo (izquierda). FOTO: R. Zamora
Juan Carlos Ferré, junto a Carmen Javierre (centro) y Carmen Arroyo (izquierda). FOTO: R. Zamora
Ruth Zamora
21 diciembre 2022

El pasado viernes, el aula magna de la UNED de Barbastro se quedó pequeña para acoger la presentación del libro y la exposición Azules y tierras, Barbastro y otros mundos. Coordinado por Juan Carlos Ferré, los beneficios de la venta del ejemplar van destinados a la Asociación Alzheimer Barbastro y Somontano. Nos atiende su coordinador y, por parte de la asociación, Carmen Javierre y Carmen Arroyo.

¿Qué se encoontraron quienes fueron a la presentación?

J.C. Presentamos un libro y una exposición cuyo tema es la memoria. Todas las intervenciones, tanto escritas como gráficas, tienen algo en común: la memoria y el pasado: desde la primera representación de una pintura de un niño de cinco años hasta la escritura de la persona más mayor, que tiene 98. Es un elemento común a todas las personas y nos da coherencia con el grupo del Alzheimer. 

¿Cuál fue el germen?

J.C. En proyectos como estos, es bastante difícil de decir. Este proyecto, partiendo del Alzheimer, se convierte en algo capaz de transcender fronteras. Comenzamos el proyecto trabajando sobre el Barbastro local, que se puede remontar a principios del siglo XX y hasta la actualidad. Y nos encontramos con referencias de los cinco continentes. Autoras y autores locales que son internacionales, que han conseguido unificar la misma idea de la memoria. La memoria es capaz de poner de acuerdo a todo el mundo.

Hablamos de un concepto muy universal…

J.C. También de un sentimiento y de una necesidad. La memoria y el pasado es igual y distinto en todos los sitios. Pero es posible ponernos de acuerdo en puntos comunes humanos. Termino con una reflexión que me hizo una autora gráfica: “Si yo te pasara mi pasado y tú el tuyo, seríamos las personas justamente al revés. Tú serías yo y yo sería tú”. Esa idea, que es tan fructífera, es la que en la construcción del proyecto ha quedado muy patente.

¿Cuál ha sido el criterio para seleccionar a los autores?

J.C. Partimos de las personas que conocemos y estas nos ponen en contacto con otras y cuando damos el salto a quienes no conocemos personalmente, el proyecto toma una dimensión universal. Y quieren participar porque por encima de Barbastro está su memoria, su pasado, que es lo que somos.

Muy relacionado con la asociación del Alzheimer, que lucha contra una enfermedad que acaba con la memoria.

C.A. El proyecto nos refleja muy bien porque no solo trabajamos con la enfermedad, trabajamos con la memoria y buscamos el poder trabajar esa memoria para que no se destruya. Y este proyecto también habla de la memoria emocional; el proyecto refleja paisajes del alma, geografías sentimentales, como dice Juan Carlos. Esas emociones, el Alzheimer no las puede destruir. 

¿Cuánta gente ha colaborado?

J.C. Unas 170 personas intervienen en el libro directamente, bien a través de obra gráfica o bien de escritura. Pero llegamos a las 200 si tenemos en cuenta quienes han participado en temas como la maquetación, coordinación, puesta en común. Y ha sido muy importante la participación de las instituciones, como Diputación Provincial, Comarca del Somontano, Ayuntamiento de Barbastro, la UNED y CEPAIM, que ha facilitado la participación de familias refugiadas.

Con tantas intervenciones, ¿no ha habido coincidencia en algún punto a la hora de hablar de la memoria?

J.C. La coincidencia es el elemento unificador. Somos lo que somos porque tenemos memoria. Y eso es lo universal. Una anécdota. La obra del niño de 5 años es un dibujo, con colores y unos copos de nieve muy grandes. Cuando le pregunté qué quiere decir su cuadro, me dijo: “Significa que nieva cuando yo quiero. Yo lo pinto y está nevando”. Es magia simpática. Los padres me dijeron que es la primera vez que vio nevar, no tiene memoria de las nevadas. Pero a partir de su cuadro, cada vez que piense en nevar va a pensar en él. Es el momento en que ese niño descubre el tiempo. Y el tiempo es lo común que une lo que está en el libro. 

¿Qué supone para la asociación un proyecto como este?

C.J. Muchísimo. Cumplimos 20 años en pandemia y ahora, con todo esto, ha sido un resurgir de la asociación.

C.A. No pudimos celebrar el 20º aniversario y después de estos dos años de reconstrucción y normalización de la actividad, nos hacía ilusión celebrar el 23º aniversario. Un aniversario diferente. También quiero destacar que hay gente de mucha categoría…

J.C. Hay intervenciones de personas refugiadas, de Ucrania y de Afganistán. Personas conocidas, como Manuel Vilas, Leonor Lalanne, Mariano Gistaín, Joaquín Coll… Y otras menos conocidas aquí, como Gonzalo Celorio, director de la Academia de la Lengua de México o el premio de Poesía de Perú Jorge Juan. Y un detalle, hay dos páginas en blanco en el libro, previstas para quien quiera escribir su geografía sentimental y poner su imagen.

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