El viernes, 4 de febrero, y con motivo de San Blas, la Librería Castillón de Barbastro organizó la presentación del nuevo poemario de la escritora Estela Puyuelo titulado Ahora que fuimos náufragos.
¿Qué encontramos en el poemario?
Una versión de la Odisea de Homero y también una cuarentena, porque lo escribí durante el confinamiento. Son 40 poemas y vamos a encontrar especialmente aspectos de la vida cotidiana que hieren o despiertan nuestra sensibilidad.
Ponga un ejemplo.
Hay un poema que habla de una luz que nos va acompañando en distintos momentos. Como, por ejemplo, cuando vamos a firmar un documento a un sitio en concreto o cuando de pronto hace muchísimo viento y abrimos un paraguas y nos cuesta caminar bajo la lluvia… Y de pronto un día nos damos cuenta de que esa luz es la que nos va iluminando en momentos difíciles y la que verdaderamente nos mantiene vivos.
Comenzó en la cuarentena.
Lo empecé desde los primeros días que nos confinaron. De hecho, tenía escrito un poemario totalmente distinto para la editorial Olifante que se iba a publicar ya y le dije: Paralízalo porque quiero contar otra historia. Creo que estamos ante un acontecimiento de dimensiones mundiales que va a cambiar la historia de la humanidad y yo quiero contar mi versión.
Aunque yo creo que los poemas estaban escritos con anterioridad. Es decir, hay una parte de esos poemas que ya estaban escritos en mi mente y pude plasmar porque debido a esa forma de vivir rápida que tenemos los seres humanos no me permitió escribirlos. Y hay muchos poemas que están escritos en la cuarentena y hablan de ella, como por ejemplo de ver la primavera a través de un cristal y no poder disfrutarla.
Y son 40 poemas.
Quería que fuera una cuarentena. Y todos tienen el nombre de uno de los personajes de la Odisea, menos Ulises. Y hay un canto más que en la Odisea, en el que doy mi visión del confinamiento.
¿Por qué ese nombre?
Por el mismo mito que quiero reproducir, porque de alguna forma nos sentimos náufragos en un mar en el que no sabíamos muy bien dónde nos encontrábamos. Hace referencia a ese cielo que se confunde con el mar y todo es un azul extraño.
Y porque al final la vida es un poco eso; no nos habíamos dado cuenta antes, pero ahora tenemos la plena certeza de que no sabemos dónde estamos y a dónde vamos.
¿Destacaría algún poema?
El canto 25 que es el resumen de todos. También uno que lo precede, aparte de todos los cantos en los que se divide la Odisea y que se titula A veces es viernes.
Lo escribí dos o tres días antes de que nos confinaran y habla precisamente de que a veces no nos damos cuenta o queremos que corra la semana y que sea el fin de semana y cuando finalmente llega, a veces deseamos que sea otra vez ese miércoles en el que nos arropábamos. Habla un poco de eso, de que nos quedamos confinados y tuvimos que arroparnos todo el tiempo.