El pasado 10 de febrero SM la Reina Doña Sofía inauguró en Fraga unos alojamientos para trabajadores temporales y personas en riesgo de exclusión. Fue un día feliz; el nombre de la reina emérita quedó inscrito en el Bajo Cinca, como resumen de una trayectoria que ha sabido servir siempre como bálsamo y caricia de Dios para tantos excluidos o inmigrantes abandonados a su propia suerte.
Así se lo dije, agradeciendo que fuera testigo de excepción del milagro que diariamente CÁRITAS realiza en nuestra Provincia Eclesiástica de Aragón y La Rioja y en toda España. Este proyecto de alojamiento para temporeros agrícolas es solo la muestra insignificante de las múltiples y variadas pobrezas que asolan a los hijos de nuestra tierra y que tratan de ser paliadas por la gran familia de Cáritas. Agradecí también a las administraciones allí representadas no solo el aprecio que tienen a la ingente labor que realiza Cáritas sino también a la coordinación y colaboración que prestan.
Le pedí a la Reina que transmitiera a su hijo, el Rey Felipe VI, que con la presencia de su madre ya nos sentimos honrados y vemos cumplido el sueño que le trasladamos en 2020, en los 850 años del traslado de los restos del obispo san Ramón al magnífico sarcófago tallado en piedra en la “catedral de Roda”, cuna de nuestra Diócesis.
Aquella ceremonia, celebrada el 27 de diciembre de 1170, fue presidida por el rey de Aragón, Alfonso II, acompañado por los personajes más ilustres del momento. Así como en su día la presidió el rey de Aragón, luchando por mantener la unidad y la identidad de su reino; y así como también san Ramón luchó por mantener la unidad de su diócesis nos hubiera gustado que la hubiera presidido Su Majestad, que tanto está luchando por la unidad del reino, y sentir además el aliento de esta tierra que es tierra habitada por personas de grandes valores, fortaleza y tesón que han luchado a lo largo de la historia por mantener una unidad y una identidad que son el origen de nuestra actual España.
Una identidad que bien puede resumir nuestro crismón (Jristos) que le entregué como expresión de admiración y gratitud por nuestra tierra.