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Andrea Espuña Sierra A cuatro manos
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Mi sentido común

Andrea Espuña Sierra A cuatro manos
20 abril 2023

Cómo pasa el tiempo. Hace dos días estábamos comiendo las uvas y ahora, sin abrigo, estamos empachados de torrijas y miramos ya a San Jorge. Hay muchos que sienten melancolía de las últimas semanas y desean, con el característico fervor, que hubieran pasado más lentas.

No es casualidad que Barbastro sea el único municipio de la provincia con el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional. No solo se trata de 13 procesiones, de 16 pasos o de seis cofradías más una hermandad. Se trata de tradición y sentimiento cofrade.

Para otros es mucho más simple. Basta con ver el Coso lleno y la gente paseando por las calles para sentir una punzada. Hay quienes lo sentimos más y hay quienes lo sentimos menos, de otro modo.

Todo vale dentro del respeto porque no hablamos de una Semana Santa a secas. Hablamos de la historia de nuestra ciudad que atesora siglos y siglos de testimonio desde la fundación de las primeras cofradías. Hablamos, y esto es clave, de una tradición que ha sobrevivido a los no pocos vaivenes que ha sufrido Barbastro a lo largo de los siglos.

Por eso, me sorprendí cuando revisando Facebook me topé con la opinión de un vecino. Citaba la Constitución, la Ley de Ruido e incluso apelaba a un sentido común que, la verdad, no compartimos. Para él la Semana Santa es igual a padecer un dolor, así lo escribe y a fin de cuentas, volvemos a lo mismo, cada uno lo vive como quiere.

Entre tanta norma, opinión y sufrimiento, hay una valoración que me chirría y me molesta a partes iguales: “No se entiende tanto ensayo, a tenor de los resultados”. No sé a qué resultados se refiere. Si a ser uno de los 95 municipios en España con el sello de Fiesta de Interés Turístico Nacional, al auge del turismo en nuestra ciudad para disfrutar de las procesiones o la gran participación que suscita porque mi sentido común, que puede estar desacertado, me dice que aquí todos los resultados son buenos.

No se trata de que la corneta llegue siempre al tono o que el bombo no adelante un golpe. Se trata de otro éxito. Por ejemplo, el de ver las secciones llenas de gente joven que se interesa en participar por su ciudad. Todos ensayan mucho y muy duro. Lo he visto y “a tenor de los resultados”, los ensayos, el esfuerzo y las ganas merecen la pena.

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