Gramola, la Feria de la Música Aragonesa, que celebra en su segunda edición del 4 al 7 de mayo, ha dado a conocer el fallo de Demogramola con el zaragozano Arey como ganador por delante de Velta Band y The Moorland. Además, se han publicado las conclusiones de las jornadas profesionales de 2022 donde se realizaba un acercamiento al ecosistema musical de Aragón.
El objetivo de Demogramola, que contó con 9 candidatos, es el de promover y facilitar la música de bandas, solistas y músicos noveles. Arey, como ganador actuará en el marco de Gramola 2023.
“El jurado ha quedado gratamente impresionado por la calidad de los participantes, y nos complace servir de palanca para que esas nuevas propuestas musicales aragonesas tengan foros en los que presentar sus propuestas” explica Antonio Villanova, director de Gramola y miembro del jurado, del que forman parte Luis Lles, Eugenio Lleida, Jacinto Cónsul, Agustín Loscertales y Rafa Forradellas.
Miguel Hernández, concejal de IFM del Ayuntamiento de Monzón, recordó que “uno de los objetivos que persigue Gramola es ayudar a los artistas que comienzan a tener un lugar donde promocionarse, ya que la feria es, sin duda, el proyecto más importante de Aragón para abordar la situación del sector desde todos los puntos de vista”.
¿Quién es Arey, el ganador de Demogramola?
Su nombre verdadero es Raúl, pero artísticamente se hace llamar Arey. Hace música con un estilo indie con el propósito de contar historias a través de ella y poder transmitir distintas emociones a la gente que le escucha. Empezó a componer hace 2 años y por fin en 2021 pudo publicar su primer EP. Arey fue ganador de la categoría Mejor Propuesta Joven del concurso Popyrock 2020 de Zaragoza.
Arey presentará sus temas en directo el viernes 5 de mayo en el Espacio Joven (o carpa) junto a Grises y Zoe Dj. El sábado será el turno de Nuei, Viki & The Wild y David Kano Dj.
Laboratorios de la I Feria de la Música Aragonesa de Monzón
La I Feria de la Música Aragonesa de Monzón albergó un espacio donde los agentes del sector de la música de la comunidad encontraron un espacio de reunión, debate y puesta en común de las oportunidades que ofrece el territorio para el desarrollo de las empresas y de los proyectos dedicados a la música. Gramola Pro es un lugar de encuentro para los profesionales de la música y para la ciudadanía, un espacio para tejer lazos entre ellos y compartir espacios de crecimiento y creación.
Se realizaron mesas sobre la rede de equipamientos culturales y la música (relaciones competenciales, temáticas y territoriales), economía (modelos económicos y profesionales y necesidades de los distintos sectores y mercados) y espacio público y red (actividad cultural ciudadana y la vida pública en el espacio urbano).
Conclusiones
El análisis de los contenidos de las tres mesas de trabajo arroja algunos temas y cuestiones transversales:
Las administraciones públicas. Se percibe un claro malestar de los agentes del sector con las administraciones públicas en general y con la DGA en particular, aunque las Diputaciones Provinciales y, en menor medida la administración local, también son vistas más como una dificultad. Su inacción legislativa, su falta de interlocución especializada y, en definitiva, la falta de políticas de futuro en materia cultural son una constante. Hay que señalar la ausencia de las Comarcas en la discusión. Ni están ni se les espera.
Las ayudas y las subvenciones. La escasa cuantía de las ayudas, la tardanza en el abono de las mismas y, de forma reiterada, la complejidad en la tramitación administrativa aparece en las mesas como una dificultad añadida para los agentes culturales.
El territorio se muestra como un espacio, valga la redundancia, a redescubrir y a explotar por parte de los agentes del sector. El paisaje y la naturaleza como un reclamo turístico al que sumar la actividad cultural. La puesta en valor de las pequeñas poblaciones y la posibilidad de crear bancos de recursos técnicos compartidos que permitan las acciones musicales. La aparición de festivales y proyectos en el medio rural y natural certifican ese interés.
Los equipamientos. La falta de equipamientos culturales adecuados para la realización de conciertos, las carencias en su mantenimiento y la ausencia, en muchos casos, de técnicos especializados son también una constante en las mesas. Se reclama a la DGA un mapeo de los equipamientos como herramienta para su puesta en valor y visibilización. En este sentido, desde Gramola, se solicita a la DGA la puesta en marcha de un plan de equipamientos culturales como un instrumento básico de planificación del territorio y que permita el acceso efectivo de la ciudadanía a la cultura y a la
Música. Es necesario conseguir una distribución territorial equilibrada de forma que las distancias y la movilidad asociada no actúen como factores
disuasorios para la población. Esto supondría un factor de desarrollo socioeconómico y favorecería la cohesión social.
El sector. Los agentes culturales, pese a las dificultades, se perciben como un sector vivo y conectado. La pandemia favoreció el asociacionismo y ese factor, junto a las características del territorio, permiten un conocimiento mutuo entre los agentes que, a su vez, permite la colaboración y el emprendimiento. También se observa una valoración muy positiva del nivel profesional adquirido en el tiempo por las empresas. Al igual que ocurre en otros sectores de la cultura, se constata una precarización en los trabajadores del sector
Los públicos. En el apartado positivo se observa una evolución en los hábitos de los espectadores que ha desligado el disfrute de la música del ocio nocturno. Aunque coexisten, los espacios y los horarios de los conciertos se han ampliado y han permitido llegar a más espectadores. En lo negativo se percibe un parón en la creación de nuevos públicos que se achaca, entre otros factores, a la falta de políticas educativas en las enseñanzas artísticas.
La red. La RAEE (Red Aragonesa de Espacios Escénicos) concentra gran parte de las críticas a la única red pública de equipamientos culturales. La suspensión a última hora del plenario programado en Monzón no ayudó a mejorar esa percepción. La valoración de su trabajo y aportación es negativa entre el sector. Se echan en falta actividades de formación y capacitación profesional. Se solicita, además, crear lugares de encuentro entre profesionales, como el caso de Gramola.