No ha podido ser. La sequía ha obligado a suspender el descenso de nabatas por el Cinca, entre Laspuña y Aínsa. Es la segunda vez en 37 años. La anterior, en 2020, en plena pandemia del covid. Ahora ha sido la sequía la causante de una suspensión que, sin embargo, no acaba con la fiesta.
Ya a principios del mes de mayo, los Nabateros del Sobrarbe estaban pendientes del caudal del río Cinca, mermado por la falta de lluvias. Aún así, adelantaron que hubiese o no descenso, se mantendrían el resto de actividades para este fin de semana.
Actividades que comienzan este mismo viernes en Puyarruego, con el I Festival Musival Nabatero. A las 19’45 horas será el concierto en acústico de Miguel Lardiés. Para este sábado, por la tarde, a las 17’30 horas, habrá una visita guiada al ecomuseo Luis Pallaruelo, para continuar con una cena nabatera en Laspuña. Ahí habrá música y verbena desde las 23’30 horas.
Y el domingo, aunque las nabatas no surquen las aguas del Cinca, sigue la programación con la ofrenda floral al monumento en Laspuña (8 horas) y la misa (9 horas), seguida de un almuerzo popular.
La fiesta de las nabatas
El descenso de nabatas celebraba este año su edición número 37. Se trata de una jornada festiva para recordar un oficio de gran raigambre entre los vecinos de Laspuña y Puyarruego desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.
Las nabatas son unas balsas construidas con madera para transportar esta desde su origen en la montaña hasta la tierra llana, donde se vendía.