Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

La religiosidad popular (I)

En una diócesis de contrastes, la “Piedad Popular” propicia, como afirma san Juan Pablo II, un nexo de unión con la FE.

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
07 noviembre 2021

En una diócesis de contrastes como esta, donde coexisten grandes poblaciones con pequeños pueblos, el llano con la montaña, jóvenes y mayores, donde el carácter recio de sus pobladores, labrado por la dureza del territorio y el clima, se transforma en acogedor y de corazón abierto, la “Piedad Popular” propicia, como afirma san Juan Pablo II, un nexo de unión con la FE que comparte cada persona que habita cualquier rincón de su geografía.

No se contrapone a la centralidad de la Sagrada Liturgia, sino que, favoreciendo la fe del pueblo, que la considera propia y natural expresión religiosa, predispone a la celebración de los Sagrados misterios”.

Puede decirse que en cada lugar existe una cofradía que transmite, mantiene vivo y hace patente el proyecto de evangelización.

La celebración de la Semana Santa, las fiestas patronales, las romerías, los encuentros y las celebraciones se extienden como una mancha de aceite a lo largo de nuestro territorio, en el que conviven citas declaradas “Fiesta de Interés Turístico Nacional”, como la Semana Santa de Barbastro, junto a otras más modestas pero no menos sentidas, queridas y participadas.

Esta es la universalidad que manifiesta la “Piedad Popular”, reflejo del sentir de los cristianos, de los cofrades, en las calles, en las plazas, en una diócesis que atesora siglos de historia, que convive, que comparte la mirada a las personas, a la Fe, dispuesta a recibir, acoger y mostrar “su” Semana Santa, sus celebraciones, a todos los que la habitan y a los que la quieran visitar.

En esta labor nos dejamos guiar por las palabras de Jesús de Nazaret: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor”. (Mt. 11, 25-26).

Así es. Las cofradías congregan a esta gente sencilla, que no esconde el talento recibido en un hoyo en la tierra, sino que se hace transmisora de la buena noticia, siendo verdaderos evangelizadores, de manera humilde, actuando como el que encuentra un tesoro escondido en el campo y lo vende todo para comprarlo.

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