Durante el verano del año pasado, la demanda de autocaravanas, caravanas y furgonetas camperizadas aumentó un 48% con respecto a 2019, según datos de la patronal GANVAM. Para este verano, el stock de la mayoría de negocios de este sector está vendido, se ha alquilado casi todo lo disponible. El ‘boom’ de los «viajes burbuja» para evitar contagios de coronavirus ha disparado el alquiler de caravanas que, además, mueve la economía local. Sin embargo, esto es un espejismo. Los confinamientos perimetrales y las restricciones de movilidad durante el resto del año hicieron mella y llevaron «a cero» a las empresas de caravaning.
En ese sentido, Javier Escartín, cofundador de Camper Pasión en Barbastro junto a Tatiana Corella, indica que hasta mayo no han tenido casi alquileres. «Los dos últimos veranos tuvimos casi todo cubierto. Ahora tenemos julio cerrado con un 90% reservado y agosto un 95%. El verano se ha trabajado pero realmente hemos estado cuatro o cinco meses casi parados», lamenta Escartín haciendo referencia al estado de alarma vigente hasta el pasado 9 de mayo. No obstante, asegura que fuera de temporada es «el producto estrella» porque hay quien se va a la montaña o a la costa en busca de emplazamientos abiertos y zonas donde normalmente no hay aglomeraciones.
Por otro lado, aunque están todavía lejos del «ideal», destacan la inversión en zonas específicas para caravanas y autocaravanas. Aunque hasta hace poco era una forma de viajar un tanto desconocida, cada vez hay más nuevos clientes. En esta ocasión motivados por el acercamiento del turismo nacional y probar la experiencia de «llevar la casa a cuestas».
«Este sector no deja dinero a grandes líneas hoteleras. Todo lo contrario. Los que hacen este tipo de turismo realizan una inversión en la zona por conocer los productos locales y cosas específicas. No buscan la pulsera que te da todo hecho. Al final dinamizan y potencian la economía. Todo el comercio pequeño se ve influenciado por el alquiler de caravanas. Cuantas más áreas tengamos mejor para el comercio de la ciudad», explica el cofundador del negocio barbastrense.
“Quien nos iba a decir que un turista belga iba a ver el Castillo de Monzón”
Jesús NasarreAracat Camping
Auge nacional
Jesús Nasarre y Ana Belén Espot regentan desde 2006 Aracat Camping en Monzón. Aseguran que las ventas y alquiler de caravanas «han aumentado bastante», sobre todo porque «hay un auge a nivel nacional». Según datos elaborados por la Asociación Española de Comercio del Caravaning (ASEICAR), el pasado mes de junio se matricularon en España 1.687 caravanas, autocaravanas y campers, un 19% más que el mismo mes del año pasado.
Señala Nasarre que este incremento puede estar ligado a que van proliferando zonas para pernoctar: «Los Ayuntamientos están apostando por ello. Generan mucho movimiento en torno a las áreas. Cuando en Monzón se hizo hace unos años, quién te iba a decir que iba a venir aquí gente de Bélgica, Alemania e Italia. Son gente que pueden ir de paso pero ya que paran, ven el Castillo o comen en el Piscis. Es un tipo de turismo de nivel medio-alto que por donde pasa suele dejar bastante dinero».
El mercado de Aracat Camping no está cerrado a las caravanas. Venden productos para exterior, tanto de campings como de terrazas. La pandemia podría haber afectado a las ventas y alquiler de caravanas pero no las paralizó, sino que cambió el género del producto. «Tenemos muchos artículos relacionados con el aire libre: sillas, hamacas, etc. La gente que no podía salir de su municipio empezó a estar en sus balcones o terrazas, y se dedicaron a comprar para decorar o por comodidad». Esta empresa montisonense lleva vendiendo productos de Camping & Caravaning de forma online desde 2006 y cuentan con unas instalaciones de más de 600 metros cuadrados en el polígono de Las Paúles en Monzón.
Clientes comarcales
En su primer año en el mercado, David Zueras de Cincavan en Monzón, tiene los meses de junio, julio y agosto al 100% de ocupación. Incluso en la primera quincena de septiembre tiene ‘todo el pescado vendido’. El ‘boom’ de los «viajes burbuja» para evitar contagios por coronavirus ha provocado el aumento del alquiler de caravanas. Los cierres perimetrales y la fiebre de este tipo de turismo ha disparado que la demanda sea de clientes de la zona.
«Más que cliente nacional, casi son comarcales. Del Cinca Medio, de La Litera y del Somontano. Son muchos los que suben al Pirineo con la caravana y hacen rutas de una semana o diez días por los valles», explica Zueras. Añade que no es una moda, «ha llegado para quedarse» porque muchas personas lo han descubierto ahora pero lo han visto toda la vida. «Los que empiezan a probar siempre dicen que quieren repetir. Salen muy contentos y engancha», asegura el montisonense.
En caravanashuesca.es de easyrent.es del grupo Stop, Paco Sanz afirma que el año pasado ya notaron un ascenso de la demanda. Iniciaron el negocio justo con la pandemia y durante el verano de 2020 «funcionó bien», incluso en otoño, pero después llegaron los confinamientos por provincias y comunidades. «Era y es la única forma de viajar con tu núcleo familiar o de amigos. Este año, por ejemplo, hemos notado mucho el aumento del interés. Muchas personas nos han llamado preguntando. De hecho tenemos más alquileres que el año pasado. La cosa va creciendo», señala.
“La economía local se mueve más por una autocaravana que por un cliente de hotel”
Javier EscartínCamper Pasión
Desde su negocio, se han percatado de que los clientes no viajan a las zonas donde la incidencia del coronavirus es alta y que el 95% se dirige hacia el norte del país. Disponen de una caravana con capacidad para 7 personas y una furgoneta con 9 plazas. Esta última se ha visto mermada ante la ausencia de bodas y grandes eventos.
Turismo dinamizador
El perfil de los clientes suelen ser dos: o bien una familia con varios hijos o hijas, o bien parejas. En ese sentido, ha aparecido un nuevo usuario: las personas que antes iban a hoteles o apartamentos y que ahora, alquilan autocararvanas para no compartir zonas comunes como duchas o servicios. Todas las empresas de Caravaning entrevistadas coinciden en que este tipo de turismo mueve y potencia la economía local.
David Zueras, de Cincavan, señala la importancia de las áreas para cambiar aguas residuales y cargar baterías: «Los Ayuntamientos han mejorado la calidad de estos servicios. Incluso en cualquier pueblo pequeño te puedes encontrar una zona específica para caravanas. Ayudan mucho». Indica Javier Escartín, de Camper Pasión, el caravaning es un turismo que deja dinero. “Se mueve más la economía local con una autocaravana que con un cliente de hotel que su presupuesto mayoritario se va a una línea hotelera cuyo dueño es de Madrid, Barcelona o Londres”, insiste. Añade que hizo un estudio del impacto de las compras de los viajes en caravana y concluyó que «en unos diez días, una familia puede gastar diez euros por persona en un día».
Paco Sanz, de caravanashuesca.es, tiene claro que aunque estos vehículos pueden tener cocina y nevera, «los que van en caravana solo hacen el desayuno porque comer y cenar lo hacen en bar o restaurante. Con lo cual, la economía local de los sitios por donde pasan se ve favorecida».