Querida amiga:
Tengo que recurrir a ti, como siempre, en busca de ayuda profesional. Mi director argentino, al que ya conoces, exigente siempre y cáustico a veces, me ha pedido un artículo sobre el feminismo ahora, y ha recalcado lo de “ahora”, en España. La verdad es que me lo tomé en serio, revisé declaraciones, normas, entrevistas y redacté un borrador que le presenté, como casi siempre, pensando que estaba bien, pero temiendo que no le pareciera adecuado. Así fue, me miró por el rabillo del ojo y me dijo: ¿no más ‘sabés’ que decir pelotudeces? Si sólo ‘sabés’ repetir como un loro las consignas actuales, ‘dejalo’. Yo me puse algo digna porque no era para tanto, había citado a varias escritoras con talento y talante, pero él insistió: ‘mojate’, siempre te lo tengo que repetir, ‘mojate’ no ‘vayás’ a lo fácil, eso no es periodismo, el neofeminismo es una lacra y ‘vos’lo ‘sabés’, con este articulito de nada le ‘hacés’ el caldo gordo. Si ‘querés’ intentarlo en serio, ‘rompelo’ y ‘empezá’ de nuevo”. Así que aquí estoy dándole a la pluma, pero no hallo el tono. He leído un artículo muy gracioso de Virginia Feito, una cosita ligera mofándose de la sacrosanta siesta española, y he pensado que así hay que tomarse algunas cosas, si no se quiere caer en el dogmatismo. Y en eso estoy.
Quiero empezar mi artículo con la obra de Elvira Roca que conozco, al menos en parte, sobre la leyenda negra española. La autora escarbó en el pasado, revisó archivos, documentos, libros especializados en el asunto, españoles y extranjeros. Se trata de un estudio serio y documentado y lo querría utilizar para contraponer a las declaraciones de la ministra Belarra que, según he leído, montó una bronca el día doce de octubre hablando del genocidio de España hacia los habitantes de América hace más de cinco siglos. Ya me dirás si estoy en lo cierto porque me sonó rarísimo y hasta pensé que era una de esas noticias falsas que salen en las redes porque no podía entender que hablara así y asistiera al desfile en la tribuna de autoridades. Menos aún que hablara con tanta ligereza, que en un cargo público es ignorancia.
También quiero que me ilustres sobre otra noticia que he leído hace nada sobre la Secretaria de estado de Igualdad, una tal Pam, que así se firma ella, al parecer, en las llamadas redes sociales. En concreto, sobre su decisión de crear una aplicación para poder controlar en los domicilios el trabajo de los hombres y las mujeres, para saber si es equitativo o intentar que sea equitativo, que no sé muy bien qué quiere lograr con esto. Es que, te lo juro, cuando lo leí me reí pensando en lo ocurrentes que son los chistes de los españoles –mi tierra aunque ya no viva allí– porque creí que era un chiste. Luego vi el coste que tenía y ya no me reí. Y dime, de paso, si esta señora sigue en el cargo aún porque lleva varias salidas de tono impresentables.
También he visto y oído unas opiniones vertidas por la Vicepresidenta Díaz sobre la inteligencia artificial. Empieza diciendo “usar la inteligencia artificial para algo que ansiamos desde Espartaco hasta hoy y es que tenemos que trabajar menos trabajar mejor y aumentar la productividad sin lugar a dudas va vinculado a la reducción de la jornada va vinculado por ejemplo al algoritmo Max tiene mucha eficiencia en las horas extras que se hacían en nuestro país con el control de la jornada” –magister dixit–. Lo he copiado así, literal. La aguda reflexión es mucho más larga, marea, no hay por dónde cogerla, da la impresión de que está hablando una persona con un grado de imbecilidad intenso. No se entiende nada. Y yo te pregunto, querida amiga, porque parece que la grabación no está manipulada, ¿sigue en su puesto esta señora aún? Es una pregunta retórica, ya sé que su apoyo al Presidente es lo primero, pero también te pregunto ¿nadie le “hinca el diente”? como diría mi director. Es más, ¿las mujeres de este país no braman contra este tipo de dirigentes que hablan como el oráculo de Delfos desde la ignorancia más absoluta, amparadas en su condición de mujer, según la cual parece que son intocables? O mejor, ¿ser mujer hoy es sinónimo de ser inteligente y capaz? Menudo chollo. Mira qué cuestiones te planteo, casi nada, pero es que estos días he leído mucho y tengo la mente un poco alterada. Si el neofeminismo es esto… Por cierto, te aconsejo que leas, seguro que ya lo has hecho, a Alain Finkielkraut, filósofo francés de renombre, que hablando del neofeminismo dice: “estamos en la hora de la venganza, no de la inteligencia”. Creo que lo voy a usar para cerrar mi artículo. Seguro que mi Director, tan exigente, dirá algo como: “lo ves, ‘sos’ macanuda cuando te ‘entregás’.
Espero ansiosa tu respuesta. Un fuerte abrazo con todo mi cariño.