Monzón

Monzón celebra el 380 aniversario de la proclamación de santa Bárbara como patrona

El acto central, que tendrá lugar el lunes 4, es el Bautizo del Alcalde, Fiesta declarada de Interés Turístico de Aragón

Ediciones anteriores del Bautizo del Alcalde. Foto: S.E.
El Cruzado
03 diciembre 2023

Monzón está celebrando estos días las fiestas de Santa Bárbara, copatrona de la ciudad. El lunes 4 de diciembre será su día grande con la misa, el Bautizo del Alcalde, reparto de chocolate y magdalenas y quema de fuegos artificiales.

El acto central será el “Bautizo del Alcalde” en la plaza Mayor, a las 16’30 horas, por Trotamundos Teatro, seguido del lanzamiento de caramelos desde los balcones del ayuntamiento. La fiesta está declarada de Interés Turístico de Aragón.

Desde el año 2007, el Grupo Trotamundos escenifica en la plaza Mayor un guión-resumen de los pasajes históricos y de leyenda. La obra, de unos veinte minutos, culmina con el bautizo del mozárabe y el lanzamiento de golosinas a los cientos de niños y adultos reunidos en la plaza, de forma que, si bien se mira, estos son los figurantes del final de la representación. Como colofón, la asociación de amas de casa invita a torta y chocolate caliente, según explica F.J. Porquet en el libro “Monzón, ciudad con temple”.

El concejal de Festejos, Jairo Sánchez, anima “a participar en los actos de nuestra patrona de Monzón, santa Bárbara, que abre el período de la Navidad y que nos ayuda a recordar nuestro pasado en una fiesta declarada de interés turístico”.

Bautizo del Alcalde

El 4 de diciembre de 1643, hace 380 años, las tropas castellanas reconquistaron el castillo y la villa que estaban en poder del ejército francés desde el día 9 de mayo de 1642 (Guerra de Secesión). Este es el motivo por el que Santa Bárbara es patrona de la ciudad.

La leyenda cuenta que la población, diezmada por los años de la guerra, decidió nombrar alcalde y, espontáneamente, la mayoría señaló a un hombre recto, cabal y mozárabe. La confesión religiosa del electo se erigía en “fuerte inconveniente”, y el conflicto se solucionó cuando aceptó la conversión al cristianismo. Recibió el bautismo, y la ciudad estalló en una fiesta y por los balcones del ayuntamiento volaron castañas y dulces, y así hasta hoy.

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