Bodega Pirineos ha presentado los primeros monovarietales de la cosecha de este 2023: Pirineos Chardonnay y Pirineos Gewürztraminer. Desde la Bodega explican que “estos vinos excepcionales encarnan la excelencia y la pasión que caracterizan a la bodega de Barbastro, fusionando la tradición con la innovación para ofrecer experiencias de degustación únicas”.
A su vez, explican las propiedades de estas uvas. “Nacen en los pequeños viñedos exclusivos propiedad de 200 viticultores. Aclamadas como las más exitosas del Somontano y con una creciente tendencia nacional, se han beneficiado de los microclimas extraordinarios que definen la región durante su maduración en el campo durante este año 2023”.
El director técnico de la bodega, Jesús Astrain, remarcaba cómo ha sido esta campaña. “Esta vendimia ha sido temprana por la escasez de agua y las altas temperaturas que han adelantado el ciclo vegetativo de las variedades”. Y añade: “Las plantas han acumulado más azúcar y han concentrado más sus mostos, lo que se traduce en más aromas, más sabor y carácter varietal”.
Compromiso con el medio ambiente
En el acto de presentación de estos dos monovarietales de 2023, que tuvo lugar en Zaragoza, Bodega Pirineos también mostró su compromiso con el medio ambiente. Y lo hizo entregando un cheque de 15.000 euros para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La cantidad corresponde al convenio de colaboración este la bodega y este organismo y de destina a la investigación en los Pirineos. El citado convenio establece que Bodega Pirineos destina al CSIC un porcentaje de las ventas de los monovarietales de esta bodega de la DO Somontano.
Desde el CSIC, la investigadora María Begoña García, explicó que ya han realizado trabajos para obtener datos sobre la biodiversidad en los Pirineos. “Hemos realizado diez vuelos con drones en lugares como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Astún, Moncayo y Teruel. Los vuelos en los Pirineos se realizaron en plena ola de calor de julio y agosto. En total han permitido obtener unas 20.000 imágenes térmicas y en sistema de composición de colores RGB, para caracterizar los microclimas a escala centimétrica”.
En cada uno de los lugares se dispusieron sensores de temperatura y humedad para confirmar los valores de la cámara térmica del dron. A su vez, se ha procedido al ensamblaje de las imágenes de cada lugar. Durante el invierno, se espera poder analizarlas para identificar qué áreas y que variables son más resistentes a las olas de calor, característica de los refugios térmicos frente al cambio climático.