Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

No pasarás el Jordán…

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
07 enero 2024

No pasarás el Jordán a la cabeza… Con estas palabras reveladas por el Señor a Moisés a las puertas de la tierra prometida, doy gracias a Dios por las innumerables bendiciones que nuestra Diócesis ha recibido y porque sigue siendo el Señor quien, a través de humildes mediadores, atrae a todos hacia sí y conduce su rebaño hasta las vastas praderas del cielo para que nadie se pierda.

Pasito a pasito hemos sentido vértigo al experimentar un verdadero proceso de conversión, propuesto por el Concilio Vaticano II y dinamizado actualmente por el Papa Francisco a través de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y las dos cartas pastorales escritas por los obispos de Aragón: La primera, Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo en Aragón. Las unidades pastorales: instrumentos de comunión para la misión, y la segunda, La Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural. Nazaret era un pueblo pequeño.

La imagen de la orquesta, las barajas y la matrioska simbolizan nuestro modo de trabajar. Las Unidades Pastorales visualizan los servicios religiosos que se están ofreciendo en el ámbito celebrativo, caritativo y de anuncio con sus equipos laicales y sacerdotales en clave misionera de manera coordinada con los animadores de la comunidad.

Nuestro Plan Mariano de Evangelización Diocesano impulsa y adecua eclesialmente nuestra devoción a la Virgen como mediación para el encuentro con el Señor. Seguimos trabajando en la Causa de Beatificación del Siervo de Dios Félix Sanz Lavilla y 251 mártires más de nuestra diócesis martirial, misionera, mariana y milenaria.

Cruzar el Jordán, adentrarse en la tierra prometida y establecer el reparto exigirá un liderazgo y mediadores nuevos, con nuevo ánimo y valor, con una mayor capacidad de comunión para cohesionar a todo el pueblo, con un nuevo empuje y lenguaje. No hay nada que temer, el Señor irá igualmente delante, seguirá siempre a nuestro lado. Reforzar nuestro sentimiento de pertenencia que nos ayude a vivir una fascinante experiencia diocesana (en familia) con el Señor es nuestro mayor desafío. Lo demás es glosa.

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