Julio, agosto, España: sol y playa. Cierto, pero con matices. A nadie se le escapa que el turismo en España se vive en torno al llamado sol y playa. De hecho, el litoral, que ocupa sólo el 9% de la superficie del país, atrajo al 48% de los turistas contabilizados en 2023 en España.
Pero frente a la presión turística de nuestras costas, que además se concentran en unas semanas muy concretas del calendario, se abren las posibilidades del llamado turismo de interior.
En cifras generales, el medio rural atrae al 18% de todo el turismo y las montañas, al 10%. El porcentaje restante opta por las ciudades de interior. No obstante, y aunque las cifras sean muy desiguales a favor de las zonas costeras, el turismo de interior crece.
Además, al contar con una amplia diversidad de atractivos (gastronomía, monumentos, deporte, naturaleza…) el interior queda libre de ataduras y se puede visitar a lo largo de meses, no únicamente en periodo estival.
Y en la actualidad, hasta las comunidades del litoral intentan abrir, dentro de su territorio, nuevos destinos turísticos. “Es una tendencia que pudimos observar en FITUR –explica la consejera de Turismo de la Comarca de Somontano, Pilar Lleyda– también las zonas de sol y playa desean crear otros atractivos para desestacionalizar. Todos trabajan por impulsar su turismo de interior… para que resulten atractivas durante todo el año”.
Y es que “el turismo es capaz de generar bienestar y felicidad tanto en la sociedad de acogida como en quienes disfrutan de los diversos atractivos presentes en el destino. El impacto socioemocional del turismo revela una superación del mero consumo del viaje; la posibilidad de sentir emociones intensas cuando se realiza, por ejemplo, una ruta sobre el vino, o se visita un edificio singular y junto a ello se narran cuentos o se representa de manera creativa la historia”, escribió María Victoria Sanagustín Fons, coordinadora del Máster Universitario en Dirección y Planificación del Turismo de la Universidad de Zaragoza.
El Somontano
En 2022, la cifra de visitantes que recibió el Somontano no superó las cien mil personas. Se quedó en 99.211. El pasado año, 2023, fueron 106.236 según reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un número que supone un aumento destacable de un seis por ciento. Sin embargo, las pernoctaciones no han crecido al mismo ritmo y el promedio ha dado un levísimo salto desde los 1’2 días a los 1’32 (de 243.857 a 252.964). Así, el Somontano aparece como un destino de un día, de una jornada, de paso para muchos visitantes.
“Los números son buenos”, declara la consejera de Turismo de Somontano, Pilar Lleyda. “Sin embargo, hay que trabajar para que la estancia media mejore”. Y este parece un buen momento ya que el turismo en Aragón se encuentra al alza y en 2023 batió su propio récord con un total de 3.817.659 visitantes, hasta ahora el mejor año. Y aunque el Pirineo sigue atrayendo al 33 por ciento de todas estas personas, el Somontano por ubicación, naturaleza y patrimonio “cuenta con margen para crecer”, afirma Lleyda.
Repensar el turismo
No obstante, ese aumento debe asentarse sobre unas premisas definidas y consensuadas. “Debemos poner sobre la mesa cómo gestionamos el turismo y a dónde queremos ir. Sin esto no podemos ni evolucionar, ni mejorar. No nos interesan subvenciones o acciones que no vayan unidas a una permanencia en el tiempo. De nada sirve construir infraestructuras para que caigan en el olvido”.
De ahí la reciente creación de la Mesa de Turismo Sostenible Guara Somontano. Un lugar para “buscar sinergias entre todos los agentes turísticos, entidades públicas y privadas, para definir hacia dónde quiere caminar el turismo en nuestro territorio”.
Dentro de la Mesa se crearán grupos de trabajo para abordar sectores como el deporte de aventura, turismo religioso, cultural… “Y otros que se plantearán como resultado de una encuesta que deberán rellenar todos los asistentes”, añadió.
La presidenta de la Asociación de Empresarios de la Sierra de Guara, Laura Ventura, muestra su esperanza y la disposición del sector para que la Mesa del Turismo funcione. “Los empresarios, ahora mismo, tenemos claro hacia dónde quiere ir la Administración, pero la meta la debemos compartir entre todos y vamos a poner nuestro empeño para llegar a acuerdos”.
Amenazas en el Somontano
Pero junto a estas cuestiones, Ventura pone sobre la mesa algunas de las amenazas a las que debe hacer frente el sector turístico en nuestra comarca, como la falta de trabajadores, la escasez de vivienda en los pueblos, la burocracia o los costes. “O el turismo incide de forma positiva y ayuda a fijar población o ya podemos olvidarnos del relevo generacional”.
Junto a la Mesa de Trabajo, ya se han dado importantes pasos en la configuración de este sector. El ecoturismo, la economía circular o la distinción como destino inteligente explican los parámetros en los que se quiere mover. “Buscamos situarnos como destino respetuoso con el medio ambienta porque ahí reside nuestro principal atractivo y ahí debemos diferenciarnos en calidad. Por eso estamos dando estos pasos y no otros”.
Ventura comparte la necesidad de cuidar el entorno y por ello incide en que el sector comparta y deje clara la definición de turismo de calidad. “La idea de calidad varía de una persona a otra, aunque en Guara se comparte la apuesta por un turismo que garantice el máximo respeto al medio natural. Hay que apostar por ideas que impliquen un turismo que no destruya la naturaleza”, incide.
Sellos de calidad
En cuanto al logro de la distinción de Somontano como Destino Turístico Inteligente (DTI), Lleyda recalca que no se trata de un sello de calidad más. “No hablamos de uno de tantos porque viene avalado por la Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur) y es lo máximo que ofrece la administración”.
En este primer paso, Somontano ha recibido el sello como Destino Turístico Inteligente que acredita que cumple el 62% de las premisas exigidas. No obstante, existe un grado más alto de calidad. Para ser considerado Destino Turístico (más allá del “sello”) se deben cumplir el 80% de los estrictos requisitos.
Por su parte, mientras que algunos empresarios del sector consultados por El Cruzado manifiestan su conformidad con la obtención de un nuevo sello de calidad, otros traslucen un cierto escepticismo. Se preguntan si traerá más clientes “porque, en cuanto a sellos y auditorías de calidad, esta no es la primera que se propone y ya llevamos varias”, nos cuentan.
Pero la calidad como destino turístico se compone de numerosos apartados. Por ejemplo, implica disponer de lugares de aparcamiento o adecuar como accesibles algunos senderos. Además de ofrecer unas oficinas de turismo con amplio horario y con lectura fácil. Tampoco se puede dejar de lado el hecho de las olas de calor que cada vez nos azotan con mayor intensidad y frecuencia. “Para esto, por ejemplo, habrá que adecuar horarios y, por ejemplo, adelantar los desayunos para que el visitante pueda realizar su excursión o su visita evitando las horas de mayor insolación. Pero estas decisiones deben ser tomadas por amplia mayoría si queremos ocupar un espacio como un destino de calidad”, explica la consejera comarcal.
El turismo religioso
Si hablamos de que Guara Somontano recibió más de cien mil visitas en 2024, por Torreciudad pasaron 200.000 personas. Cifra que recupera en buena medida los registros del año anterior a la pandemia. Aquí, los meses con mayor afluencia fueron agosto (31.500), abril (23.500) y julio (22.500). Unos datos que han recuperado los niveles prepandemia.
Aunque Torreciudad se puede visitar por la inigualable belleza del conjunto y de su entorno, se define, ante todo, como destino religioso. José Alfonso Arregui, director de Comunicación del santuario afirma: “La razón de ser de Torreciudad es que muchas personas tengan un encuentro personal con la Virgen María, cuantas más mejor”.
Detrás de los números siempre encontramos mucho esfuerzo, en este caso “fruto del trabajo de promoción de los Delegados del Patronato, que se ha plasmado en peregrinaciones protagonizadas por parroquias, asociaciones juveniles, muchas familias, agrupaciones de fieles, colegios y grupos vinculados a diversas entidades religiosas”. Incide además Arregui en que las amplias posibilidades de crecimiento. “Especialmente en el ámbito de las diócesis y de Aragón, y también a nivel nacional e internacional, donde destaca el trabajo desarrollado desde la Asociación Ruta Mariana”.
La promoción también se refuerza con la cooperación con otras entidades públicas y privadas. “Gracias a la colaboración con los responsables autonómicos, la presencia de Torreciudad junto a Turismo de Aragón ha dado como resultado los mejores registros históricos de asistencia de público y de peregrinos en varias actividades”, explica.
Respecto a 2024 confían en que “se consolidará el crecimiento de estos dos últimos años”. Y en cuanto a sus objetivos, a corto y medio plazo, “nuestras redes sociales están siendo decisivas para llegar a nuevos públicos, a nuevas realidades eclesiales que puedan experimentar en Torreciudad el amor materno de Santa María”, concluye Arregui.
Museo de los Mártires Claretianos
Junto a Torreciudad, mención merece el Museo de los Mártires Claretianos en Barbastro. Inaugurado el 15 de noviembre de 1992, en 2023 recibió cerca de 3.000 personas. El año pasado esta cifra se disparó por el paso de decenas de jóvenes que recalaron en Barbastro camino de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa). La apuesta de los Claretianos por este Museo quedó patente con la reciente remodelación del espacio en diciembre del año pasado.
El patrimonio de la Diócesis
El patrimonio de la Diócesis de Barbastro-Monzón también forma parte de los pilares de la oferta turística del Somontano, así como del resto de comarcas que pertenecen a esta jurisdicción eclesiástica. “Puede contribuir al desarrollo del medio rural, de sus pueblos y aquí reside nuestro compromiso con las gentes de esta diócesis”, afirma María Puértolas, subdirectora del Museo Diocesano.
En cuanto a números, en 2023, a la Catedral, torre y Museo Diocesano en Barbastro, catedral de Roda, monasterio de Obarra, de Alagón y visitas puntuales a edificios religiosos de la entidad sumaron 34.000 visitas. Puértolas explica la fuerte apuesta del Obispado por crear una red coherente y sostenible de monumentos que se puedan visitar. “Cuantos más monumentos podamos sumar, mejor”.
No obstante, ahonda en la idea de que “se realiza poco a poco y de modo ascendente. Ahora trabajamos para unir las catedrales: Roda, Barbastro y Monzón y así ir englobando más monumentos hasta llegar a un pasaporte diocesano”.
Una de las principales dificultades que debe solventar este proyecto reside en la coordinación del personal. “Hablamos de templos muy interesantes desde un punto de vista artístico, pero ubicados en núcleos pequeños y con una notable dispersión. No basta sólo con abrirlos al público porque la red debe ser sostenible desde un punto de vista económico”. Para llegar a hacer realidad esta idea se necesita la colaboración institucional.
Por otro lado, reflexiona que muchos visitantes les han hecho llegar que la información turística del Alto Aragón se encuentra atomizada. “Un turista desconoce si está en Ribagorza o Somontano, puede venir a Barbastro sin saber que en Monzón se erige una catedral románica y un castillo templario. Opino que debemos apostar por ofrecer la información turística más sencilla, accesible y romper barreras”, concluye Puértolas.