El hecho de que en los pueblos cada vez viva menos gente deriva en que el medio rural se convierte en un lugar atractivo para los delincuentes. Desde plantaciones de marihuana en lugares recónditos de nuestras comarcas hasta robos en naves y explotaciones agrarias y ganaderas.

Combatir estos delitos resulta complicado. Las patrullas de la Guardia Civil escasean y los efectivos en servicio cuentan con instalaciones que se van degradando poco a poco. Por todo ello, son loables los movimientos que se están conociendo en las últimas semanas para intentar paliar estos problemas de seguridad ciudadana. Por un lado, la Diputación Provincial de Huesca ha anunciado que aumentará la inversión que destina a mejorar los cuarteles de la Guardia Civil. También la DPH, junto a la Delegación del Gobierno de España en Aragón, promueven la instalación de cámaras de videovigilancia en los pequeños municipios.

Por otro lado, esta semana hemos conocido el acuerdo entre los Ayuntamientos de Barbastro y Graus para la colaboración entre la Policía Local de ambos municipios. Graus acaba de crear el cuerpo, con una sola agente, que va a poder mejorar su formación en las calles de Barbastro.

Sin duda, esta colaboración se erige como un ejemplo que se puede ampliar a otros municipios. Al final, el movimiento de agentes entre distintas poblaciones repercutirá en un mejor servicio. Aunque, seguramente, en la mayoría de los casos, se enfrenten a problemas parecidos, el intercambio permitirá conocer otras eventualidades. Y eso redundará en beneficio de todos.

Igual que el Gobierno de Aragón defiende que un oncólogo, con su estancia de dos días en un hospital mayor, mejora su formación, esta idea de colaboración puede facilitarla entre Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.

Sin olvidar que en el medio rural somos pocos y cualquier noticia que pase por la unión y la colaboración entre municipios es positiva.