“Tenemos que restaurar la Catedral”. Breve y tajante se mostró el obispo ante el casi centenar de personas que acudieron al encuentro de barbastrenses en Madrid el pasado 3 de abril. Un reto que deberíamos interiorizar cada uno de los habitantes de la ciudad, ante una situación que ya se ha tornado urgente.
La Catedral de Barbastro, Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, cuenta con un Plan Director que este mes de abril cumple medio cuarto de siglo de vida. 25 años desde que un documento recogió las principales necesidades de este templo del siglo XVI.
Necesidades que pasan, principalmente, por intervenir en un edificio que requiere actuaciones para evitar el deterioro por el paso del tiempo. El más evidente, las goteras en la capilla de San Carlos, que han causado no pocos trastornos tanto al área de Patrimonio del Obispado como a las cofradías, pendientes de sus pasos, esta Semana Santa.
El citado Plan Director contemplaba inversiones de más de 946 millones… de pesetas en el ocaso del siglo XX. Unos 5’7 millones de euros al cambio que, efectivamente, habrá que actualizar y valorar con los costes de hoy en día. No parece una cifra muy desorbitada para afrontar una rehabilitación en profundidad del monumento más emblemático de la ciudad.
Ahora, por fin, parece que se mueve algo. Han comenzado los contactos políticos, tan necesarios, para poder comenzar con la restauración. Para que no se repitan titulares como este de 2008 en estas páginas: “La Catedral acusa el paso del tiempo, mientras se archiva su Plan Director por falta de medios”.
Con la visita al Gobierno de Aragón esta semana, y el apoyo expresado por la consejera de Presidencia y por el Ayuntamiento, se ha dado un paso importante. Queda por ver qué papel jugará el Estado y se podrá acceder a los fondos del 1’5 por ciento cultural
¿Podremos informar en breve de que llegan inversiones para este templo, patrimonio de todos? Es nuestro deseo.