Un número al alza. En los últimos años el número de personas oriundas de España, pero viviendo en otro país se ha disparado. Francia, Estados Unidos y México son las naciones donde el censo de españoles más ha crecido. Desde esta realidad, El Cruzado ha querido compartir con sus lectores la experiencia de cuatro vecinos. Olivia Knight-Catalinete es una joven estudiante que actualmente se encuentra en Oxford.
Olivia Knight siempre se sintió atraída por la Universidad de Oxford y todo lo que representa. Así que, para ella, fue imprescindible alcanzar ese objetivo, a través de un estudio intenso así como un gran esfuerzo por su parte para aprender sobre el sistema británico. A día de hoy, se encuentra contentísima de vivir en su college de Christ Church, al que se ha adaptado excelentemente.
No duda en afirmar que su condición de hija de británico facilitó su integración (a pesar de las diferencias con España).
Entre los asuntos que más le llaman la atención del sistema educativo en Reino Unido destaca que el profesor espera escuchar la opinión del alumno. “En España, el trabajo del estudiante debe ser objetivo y centrarse en lo aprendido en los libros o bien amoldarse al criterio del profesor. Esto no ocurre en Oxford. Quieren oír tu opinión personal y razonada a la que has llegado después del estudio. Curso Historia y, en las áreas de Humanidades, este enfoque resulta claro. Los profesores te tratan como si fueras historiador”. Y resume: “Al principio me chocó mucho poder decir mi parecer. Comparando con el sistema español se parecen como un vals a un acorazado. Además, aunque existen clases magistrales, muy pocos alumnos asisten a ellas, y lo habitual son encuentros entre uno o dos alumnos con el profesor”.
Por otro lado, Knight Catalinete explica cómo en Oxford se mezclan la parte social con la académica. La existencia de clubes y sociedades supone otro aspecto muy singular “que facilita conocer gente, pasarlo bien y debatir. En muchas ocasiones se requiere vestir de etiqueta”.
En cuanto al país, esta barbastrense con raíces en Graus, apunta que la vida se ha encarecido muchísimo. “Comer bien no se encuentra al alcance de todos, la sanidad y la educación públicas no pasan por su mejor momento. En general, no podemos equiparar a clase media española con la británica porque en Reino Unido necesitas mucho más dinero”.
Como dato curioso, esta estudiante observa que ellos no utilizan tantos certificados porque “se fían de que no les mientas, mientras que España exige papeles para todo”. Y añade siguiendo el pensamiento del psicólogo social Geert Hofstede, la distancia que un ciudadano medio británico siente respecto del poder es más corta que la siente un español. “En Oxford se enseña lo que en España movería montañas; que el individuo lo puede cambiar todo –no hay objetivo inalcanzable ni persona incontactable–, se trata de ejercer agencia sobre el mundo”. De hecho, Olivia ha liderado varias sociedades y eventos comerciales con gran éxito. Como una reciente conferencia en Dubai con la presencia de dos primeros ministros. Ahora mismo está en proceso de crear una fundación filosófica en Oxford, la Thomas Hobbes Foundation.
Por último, apunta a la fortaleza de la institución familiar en España. “Aquí los padres no se ocupan de los hijos durante tanto tiempo. Incluso en entornos en los que no existan problemas financieros, muchos jóvenes compaginan estudios superiores y trabajos. Para mí, esto supone una desventaja ya que este alumnado no puede rendir al máximo. Cuando un árbol está creciendo hay que mimarlo, no zarandearlo”.