Sale un mínimo rayo de sol y los españoles, si disponemos de sitio, aprovechamos para “tomar algo” en las terrazas de los bares. Y los hosteleros, claro, a colocar estas mesas en el exterior para el disfrute de los clientes. Los barbastrenses son fieles seguidores de esta tendencia, aunque también es cierto que, como siempre se dice, los tiempos han cambiado, y con ellos, los hábitos.
El paseo del Coso
En Barbastro la zona por excelencia para aprovechar de este buen tiempo sentado en la terraza de un bar siempre ha sido el paseo del Coso. Aunque algunos establecimientos hosteleros han tenido que cerrar sus puertas, todavía permanecen algunos negocios que siguen, día tras día, colocando sus mesas y sillas para atender a los clientes.
Hablando con los hosteleros de la zona nos confiesan que no se trata de una tarea fácil y que han tenido que adaptarse a los tiempos. “Antes abríamos por la mañana y por la tarde, pero ahora solo por la tarde y a partir de las siete porque es cuando comienza a venir la gente”, explican en La Sastrería.
Una situación que comparten sus compañeros de zona. Y es que, según ellos, el Coso se ha convertido en una zona frecuentada por las tardes y por familias, parejas o grupos de mayores que buscan reunirse y pasar un rato charlando mientras degustan algunas bebidas y tapas en tranquilidad.
“Diría que los clientes que acuden a este paseo buscan la tranquilidad porque el tránsito en esta zona, tanto por la calle como por la carretera, es menor que en otras zonas. Aquí observas que vienen, se piden su bebida y suelen acompañarla con una tapa mientras hablan sobre sus cosas. Consumen sus dos bebidas y se van”, añaden desde el mismo comercio.
El Coso y la plaza del Mercado
Aunque también han observado que la plaza del Mercado y su zona colindante también ha ganado cierta popularidad, sobre todo, entre las familias de niños pequeños. “Últimamente cuesta más que las personas suban hasta el Coso. Muchos se quedan en la plaza del Mercado… No sé si es porque allí los niños pueden correr libremente sin el peligro de los coches o por qué, pero cuesta atraer a los clientes. También influye mucho la oferta de ocio de la zona. Nosotros lo notamos mucho los fines de semana cuando termina la misa, que muchos se acercan para tomarse el vermú. O cuando organizan actos en el paseo, aunque a veces también salimos perjudicados porque no podemos poner terraza por los escenarios o actividades. Pero la gente frecuenta las terrazas, incluso en los meses más fríos cuando sale un poco el sol,”, confiesan desde La Sastrería.
Respecto a las bebidas que consumen, ahora en verano predominan las bebidas como los refrescos o las cañas, aunque el público más mayor también consume café.
La nueva calle de moda
Además del Coso, Barbastro cuenta desde hace unos años con una zona muy frecuentada, sobre todo, por los jóvenes: la calle Hermanos Argensola. Allí confluyen varios comercios hosteleros que los fines de semana y a partir de las siete aproximadamente, se llenan de grupos de amigos que buscan terminar su día charlando entre ellos con una bebida en su mano, que suele estar acompañada de una tapa. Una tendencia que se lleva instaurando en nuestra sociedad desde hace unos años bajo el nombre de “tardeo”.
“El jueves comienza a animarse el ambiente, continúa el viernes y los sábados son el punto álgido de clientes. Los clientes comienzan a venir sobre las siete de la tarde y suelen ser grupos de amigos de un rango de edad de 20 a 65 años que se juntan aquí al final del día para charlar y tomar algo”, explican desde Iber Tapa.
Y es que en esta zona existe una diferencia respecto a la del Coso: aquí los clientes aguantan casi hasta la hora de cierre. “Se forma un ambiente muy familiar porque aunque se reúnan diferentes grupos de amigos, todos son muy amables y nadie crea problemas. E incluso recibimos visitas de vecinos de comarcas próximas, lo cual me alegra mucho porque eso significa que esta zona se ha convertido en punto de encuentro y tapeo en Barbastro”, añaden.
¿Y qué se bebe en esta zona de Barbastro? Si nos damos un paseo en algunos de estos días encontraremos, principalmente, dos protagonistas: la cerveza y el vino de la Denominación de Origen Somontano.
El cambio en los hábitos
Michel Coscojuela, de El Cortés, Bar Plaza y Casa Aniquino, lleva como hostelero en Barbastro desde el 1996 y en 2024 cumple 20 años al frente de El Cortés. Por lo que conoce muy bien las tendencias de los barbastrenses y los cambios que ha sufrido a lo largo de estos años.
“Antiguamente, la gente salía a la una de la noche y regresaban a casa a las seis de la mañana. Ahora los jóvenes salen a primera hora de la tarde, a tomarse su bebida con la tapa, y luego alargan un poco hasta la noche. Ahora la gente sale antes y se va a casa antes”, explica.
A su vez, considera que esto se debe a un cambio en el modo de vida de los jóvenes porque ahora “prefieren aprovechar el fin de semana y madrugar para realizar diferentes actividades, como ir a la montaña o practicar algún deporte. Veo que ahora los jóvenes de 20-25 años son más activos en este aspecto”.
Esta tendencia también ha causado que ahora el ocio sea más visible. “Antes nos encerrábamos en un bar o puf nocturno y no salíamos al exterior. Ahora los jóvenes se cogen su cerveza y salen al exterior a tomársela con sus amigos”, observa.
El personal en la hostelería
En estos más de 20 años que Coscojuela lleva en este sector, considera que el principal problema del mismo reside en la escasez de mano de obra. “Cuesta mucho encontrar a gente cualificada o que simplemente quiera trabajar. Y no hablo solo de la hostelería, hablo de todos los oficios que requieren más mano de obra como tal”, explica.
En La Sastrería también se han encontrado con el mismo problema. “La hostelería te tiene que gustar mucho porque debes estar al pie del cañón siempre, aguantando. Además, aquellos que vienen dispuestos a trabajar no saben, por lo que les tenemos que enseñar desde cero. Una labor que hacemos encantados, pero cuando ya llevas más de 20 personas formadas, la situación acaba cansándote”.
Coscojuela añade otro motivo: el trabajo de cara al púbico. “Todos los trabajos que conllevan trato con la gente llega un momento en el que puedes cansarte. El 90% de los clientes son estupendos, pero el otro 10% puede fastidiarte el día”, explica.
Las tasas
Además de la falta de personal, los hosteleros barbastrenses concuerdan en otras dos cosas: la excesiva burocracia y el alto precio de las tasas. Consideran que las tasas que deben pagar al Ayuntamiento para colocar sus terrazas exteriores son muy elevadas. “Sobre todo para los establecimientos del Coso, que estamos más ahogados”, confiesan.
Por otro lado, desde Iber Tapa se quejan de que recientemente les han prohibido el uso de las baldas exteriores, “por lo que nuestros clientes están enfadados porque no pueden apoyar sus tapas y copas. Ya hemos enviado una solicitud para recuperarlas y pagaremos las tasas necesarias como si fuera una terraza”.
Continuando con las posibles mejoras, añaden una más: la peatonalización. “También hemos pedido que los viernes y sábados a partir de las siete corten la calle al tráfico. Algunos coches bajan tranquilos, pero otros… Las aceras son muy estrechas y debemos mirar por la seguridad de nuestros clientes”, confiesa.
El tardeo en las fiestas de verano
Ya llevamos unos años escuchando la palabra “tardeo” en boca de los jóvenes, pero también en los programas de actos de las fiestas de verano y de otro tipo de celebraciones. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana Cope Alto Aragón y El Cortés celebraron sus respectivos aniversarios con diversos actos, entre ellos con uno de estos famosos “tardeos”. Durante la tarde varios diyéis fueron animando con sus canciones el ambiente y poco a poco, la zona de la calle General Ricardos frente a la cervecería comenzó a llenarse de barbastrenses y visitantes.
La dinámica es sencilla: llegan cuando el sol ya ha bajado un poco, acuden a la barra a pedir su bebida favorita y bailan hasta que la fiesta termina o hasta que aguanten. Eso sí, normalmente conversando entre ellos y con otros grupos de amigos conocidos que coinciden en el mismo lugar.
De esta manera lo explicó un joven que se encontraba el pasado fin de semana en uno de los bares de la calle Hermanos Argensola: “Quedas con tus amigos aquí a una hora, poco a poco van llegando y comienzas a beber y a charlar entre los diferentes grupos de edades similares que allí nos reunimos. Al final, se nos acaban pasando las horas volando y, o nos vamos a cenar juntos, o alargamos la noche un poco más”.
Un método que como se ha visto que funciona, también se aplica a los actos de las fiestas, sobre todo, de verano, como ya se ha visto en años anteriores de las de Barbastro cuando la plaza Diputación se llenaba de peñistas dispuestos a continuar la fiesta desde la tarde.