Alto Aragón

Guía para cuidar de pequeños y mayores ante el calor

La deshidratación amenaza la salud de los mayores y para evitarla se deben respetar unas pautas en estos días de calor

mayores calor
Sesión de prevención contra el sol en una piscina a cargo de la AECC. Foto: S.E.
Lola Gª Casanova
29 julio 2024

Basta con recordar lo sucedido hace un año: verano de 2023. Los datos de las temperaturas registradas durante de los meses de junio, julio y agosto de 2023 lo encumbraron como el verano más cálido de la historia en el hemisferio norte. Esto es, jamás se habían visto tales temperaturas en tantos sitios. Este 2024, por el momento, está resultando más benigno en el Somontano. Sin embargo, el calor sigue y sus consecuencias para la salud son bien conocidas. En los casos más extremos, incluso causa la muerte.

Y, así, sin ánimo de ser alarmista, señalaremos que un equipo de la Universidad de Monash (Australia) ha llevado a cabo el primer mapa mundial de la mortalidad relacionada con las olas de calor. Ha estudiado tres décadas, de 1990 a 2019. Y han descubierto que estos ciclos provocaron más de 153.000 muertes adicionales. Casi la mitad de ellas en Asia. Pero, aunque parezca que este continente queda lejos, España se presenta como el país europeo donde más subieron los decesos vinculados al calor (40 por 100.000 habitantes frente a la media europea de 17 por 100.000).

En épocas de máximo calor debemos poner el foco en el cuidado de los bebés y también en el de las personas mayores, sin olvidarnos de la calidad del sueño y la protección frente al sol.

Calor y mayores

Anabel Cabrero ejerce como enfermera especialista en Geriatría en el Hospital de Barbastro. Como profesional señala la deshidratación como el principal riesgo que corre la población de mayor edad. “El porcentaje de agua en una persona adulta ronda el 65%, pero en los mayores desciende y cae por debajo del 50%. Se trata de una evolución natural, no obstante, hay que prestarle atención, puesto que el proceso de deshidratación resulta más rápido”.

A esto se suman otros factores nada desdeñables: la carencia de sensación de sed y que la edad conlleva una peor tolerancia al calor extremo. De ahí que esta franja de edad debería ser muy consciente de protegerse del sol y de la necesidad de hidratarse a lo largo de todo el día. “Se puede beber agua, pero también infusiones, gelatinas y tomar frutas ricas en agua”, aclara Cabrero. Lo ideal sería ir reponiendo líquidos a lo largo de todo el día bebiendo poco a poco.

Estos cuidados también forman parte de la rutina de los centros de mayores. Mamen Pueyo, de la residencia Somontano, explica que, entre las medidas, incluyen dos rondas de hidratación al día (a media mañana y a media tarde). Además, las cuidadoras insisten en que se acaben el vaso de agua en las principales comidas. “Muchas veces cuesta que beban. Por eso, los cuidadores y quienes vivimos cerca de ellos debemos vigilar este aspecto. Creo que es nuestra responsabilidad. E insistir en que aquellas personas que viven solas sepan cómo evitar una deshidratación”, insiste Pueyo.

A lo largo del verano no es infrecuente que a los servicios de Urgencias de los hospitales acudan personas desorientadas, somnolientas, cansadas, febriles, con un estreñimiento importante, infecciones de orina… “Suponen los cuadros más habituales de deshidratación y resultan más frecuentes de lo que nos imaginamos”, apunta Cabrero. Y, aunque en general, respondan de forma correcta al tratamiento, no nos debemos engañar: porque puede desencadenar problemas graves. “Sobre todo en personas de edad, al encontrarse más expuestas a complicaciones de salud. Sin olvidar que, en muchos casos, ya sufren otras patologías. Existe el riesgo de que una inadecuada ingesta de líquidos desencadene problemas cardíacos, respiratorios, renales… Cuidado especial para aquellos que ya sufren insuficiencia renal, diabetes o toman determinados medicamentos“.

Una especial mención merece la presión arterial. “Nuestros mayores suelen presentar problemas de este tipo”, informa Mari Carmen Arroyo de la Asociación de Alzheimer Barbastro-Somontano. Aunque la medicación los suele ayudar a mantener su tensión arterial en valores adecuados, “se precisa llevar un control en esta época del año para asegurarnos de que su salud está en perfectas condiciones. Ya que el calor también puede alterar los valores”.

Para evitar la pérdida de líquido en el cuerpo no todo pasa por beber agua. En nuestro país contamos con una riquísima huerta y una excelente oferta de frutas, verduras y hortalizas ricas en agua. La dieta en verano, si se adapta con fidelidad a los productos de temporada, también nos garantiza la reposición de líquidos.

Por otro lado, los caldos y los guisos “a pesar de su alto contenido en agua requieren procesos de digestión largos; por ello, mejor dejarlos para el invierno”, aconseja Arroyo. Por otra parte, el alcohol y la cafeína quedan fuera de las recomendaciones dado que pueden contribuir a la deshidratación.
A pesar de las altas temperaturas, los mayores deben encontrar su momento para pasar un rato al aire libre y optar por las primeras horas de la mañana y los atardeceres. “Hay que planificar los paseos y las salidas, pero no dejar de hacerlos”, insisten.

Para garantizar la salud en estos meses tampoco debemos olvidarnos de la calidad de la ropa. Optar por tejidos naturales como algodón y linos, no abrigarse en exceso y ducharse de forma regular y frecuente.

Protección frente al sol

El moreno a lo Julio Iglesias estuvo de moda. Y en las piscinas y playas se observaban ungüentos, casi mágicos, para acelerar el bronceado. Hace unas décadas, de protección solar se hablaba poco. Mucho ha cambiado el panorama y los estragos que el sol causa en nuestro organismo nos obligaron a repensar nuestra relación con él.

Pero este caballo de batalla sigue al galope. “Nadie duda del profundo cambio que se ha obrado en este tema. De los muchos recursos que se han invertido desde la sanidad y desde asociaciones, como la Española Contra el Cáncer, para que la población se proteja frente a los rayos solares. Pero aún así, siguen perdurando mitos”, asegura Nadia Hamam Alcober, enfermera residente en el Centro de Salud de Monzón.

Si nos ceñimos a los datos, la Academia Española de Dermatología ha anunciado que la incidencia del cáncer de piel ha aumentado un 40% en los cuatro últimos años.

Anualmente, se diagnostican 78.000 nuevos pacientes en España. Enfermedad que afecta tanto a hombres como a mujeres. Alcober apunta a algunos colectivos como “los profesionales que trabajan al aire libre como en la construcción o en la agricultura presentan reticencias a los cuidados contra las radiaciones”. También lo resalta Rosa Fraile, de la Asociación Española contra el Cáncer, “a los hombres mayores de 50 años les cuesta más”.

Los consejos sirven para toda la población: utilizar gafas, gorras, camisetas, cremas y eludir, a no ser que sea estrictamente necesario, exponerse entre las 12 del mediodía y las 16 horas. “Aunque ahora ya existen estudios que amplían esta franja desde las 11 y hasta las 17 horas”, puntualiza Alcober.

Pero frente al sol nos encontramos con muchos falsedades. Por ejemplo, que si está nublado, no se precisa protección. “No cabe duda del error que supone actuar así”, aclaran. E insisten en la necesidad de reponer la crema solar cada dos horas o después de un largo baño.

Dentro de la alarma que supone el vertiginoso crecimiento de los casos de cáncer de piel, conviene recordar que se trata de un cáncer prevenible. De ahí el ahínco con el cual desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la provincia de Huesca se vienen desarrollando, desde hace casi una década, campañas informativas.

En este verano se han centrado en la infancia y las familias. Voluntarios de la AECC junto con personal sanitario recorren piscinas y centros de salud para informar a la población en general de los peligros del sol. “La piel tiene memoria y en Atención Primaria ven el impacto de los excesos”, explica Fraile. De ahí que la Asociación Contra el Cáncer trabaje con los sanitarios y los ayuntamientos para llegar a cuantos más mejor. “Ahora vamos a los más pequeños y en Monzón, hemos acudido a colegios”. De hecho, esta campaña ha llamado la atención en la sede de la AECC de Madrid quienes se desplazaron hasta la capital del Cinca Medio para ver in situ cómo trabajaban y extrapolar la idea a otros lugares de España.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Más en Alto Aragón