Barbastro

Inés Plana Giné: «He escrito el discurso con mucha emoción, quiero disfrutar, pero no aburrir»

La escritora ejerce de mantenedora de fiestas, con su momento álgido este sábado en la presentación de las damas de Fiestas

Inés Plana, orgullosa de poder representar a la ciudad de Barbastro durante estas fiestas. Foto: S.E.
Ruth Zamora
31 agosto 2024

Se cumplen cinco semanas desde que el Ayuntamiento de Barbastro desvelara quién ejercería de mantenedora en las fiestas de este año. En aquella presentación, Inés Plana Giné ya expresó que se trataba de “uno de los grandes acontecimientos felices” de su historia personal.

¿Cuándo supo que iba a ejercer de mantenedora de las fiestas de Barbastro? ¿Qué sintió? 

Me llamó el alcalde y la primera teniente de alcalde, el pasado invierno, para preguntarme si quería ser mantenedora. Por supuesto, les dije que sí, aunque al principio me quedé en shock emocional. Me hizo mucha ilusión que me ofrecieran una representación institucional de las fiestas. Estoy super emocionada y también muy nerviosa. 

Una vez se pasó esa sensación inicial de emoción y lo reposó un poco, ¿qué le pasó por la cabeza?

Lo primero, mis padres, que no viven. Y me dio pena no poder compartirlo. Luego, un poco de miedo, ¡ay, Dios mío!, la sensación de que tenía que estar a la altura. Amo a Barbastro y es la oportunidad de demostrarlo, de exhibirlo. Porque esto pasa una vez en la vida. Me traslada a las fiestas que he vivido, porque además fui reina infantil con 12 años. He estado en ese balcón y pensé que ya no estaría más, porque se trata de honores que se te conceden una vez en la vida. Pero ahora volveré ahí, con mucha emoción y nervios y un poco de miedo por la responsabilidad. El discurso me ha costado escribirlo, es escribir sobre mí, algo emocional. Espero haberlo hecho emotivo, bonito y, sobre todo, no aburrir al público, eso me preocupa.

Debe hablar de usted de su experiencia como barbastrense en un momento solemne de apertura de las fiestas. 

Claro, comparto el escenario con las damas, con ganas de complacer y mostrar mi gratitud en cada minuto de mi intervención, en cada minuto de las fiestas, por haberme concedido este honor. Aparte de por mis novelas, me eligieron por ser una embajadora de la ciudad. Ahora todo eso eclosiona en este puesto de mantenedora y es muy mágico, hipnótico para mí.

¿Había pensado alguna vez ocupar este puesto?

Posiblemente, pero no estuve muy pendiente. Porque todos los mantenedores que conocía (Manuel Ollé, Manolo Vilas, David Lafuente, Encarna Samitier…) habían hecho cosas muy grandes y pensé que a lo mejor hacía falta unas aptitudes determinadas. Pero no le di muchas vueltas.

¿Qué acto le hace más ilusión vivir con ese cargo?

El chupinazo, porque abre las fiestas y me oficializa como mantenedora. Soy consciente de que se trata de un momento único, esencial. También me gusta mucho la cabalgata, conservo muchos recuerdos, y el Coso Blanco, que también he vivido desde la carroza.

¿Se va a poder organizar para vivir más actos de las fiestas aparte de los que se le requiere oficialmente?

No lo sé todavía. Estaré el día 4 en el primer día de las fiestas, pero estoy pendiente de unos compromisos personales. Me gustaría llegar el día 8 a la misa, pero aún no lo sé.

Le ha llegado el reconocimiento en un momento especial.

Sí, porque he sacado mi cuarta novela y después de este año, complicado, me emociona doblemente. Soy muy disfrutona y amo mucho Barbastro, mi tierra, mis raíces, mis recuerdos, mis vivencias. Representar a mi ciudad supone lo más maravilloso que me va a pasar en la vida.

¿Qué recuerdos le quedan de aquellas fiestas en la que fue reina infantil?

Conservo recuerdos muy muy intensos, que he revivido al escribir el discurso. La carroza, recuerdo cuando la vimos con mi padre en la nave donde la guardaban. Era preciosa, me impresionó. Y mi padre, Santiago Plana, de Sederías Goya, vivía las fiestas muy intensamente, vestido de baturro, con aquellos escaparates espectaculares. Aquellas fiestas resultaron muy especiales, porque mi padre estaba tan feliz, super orgulloso, poder entrar en el salón de plenos de su brazo… Toda una experiencia para una niña de 12 años, un acto tan solemne, como un cuento de hadas que no quería que acabara.

Muy literario, como un cuento.

Sí, no lo puedo evitar. Aquellos vestidos, el blanco con repuntes de organza, precioso. Un recuerdo para toda la vida que pensaba que no se repetiría nunca. Y ahora, mantenedora. La Inés niña y la Inés adulta, se cierra un círculo.

El discurso lo escribió hace días.

Sí, lo empecé muy pronto, porque supone la primera vez que hablo de mí, con la dificultad que eso entraña. Lo he escrito con mucha emoción, los recuerdos se suceden. Quiero disfrutar del discurso, emocionarme, pero no aburrir al público. Casi me da vergüenza, porque no me puedo ocultar detrás de unos personajes. Pero he disfrutado mucho escribiéndolo, reviviendo muchísimos recuerdos. Una experiencia preciosa.

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