En breve, los profesores universitarios Miguel Ángel Pallarés (Universidad de Zaragoza), Diego Navarro (Universidad Carlos III de Madrid) y el grabador y doctor en Historia del Arte, Luis Roy, publicarán el resultado de una investigación sobre los tacos xilográficos de la imprenta Ibor.
Este conjunto de planchas de madera, cuyo texto o imagen se grababa a mano, cubre varios siglos, desde los inicios del siglo XVI al siglo XX. Algunas de ellas las firma Jean de Vingles. Este reputado artista, uno de los más importantes de este ámbito, residió en Zaragoza entre 1520 y 1530, los albores de la imprenta. “Ves los tacos y piensas… qué bonitos. Se trata, sin ningún género de dudas, de uno de los grabadores más destacados”, explica Eva Buil. Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil.
Historia de una fascinación
En 1952, Bienvenido Ibor compró la imprenta de Cipriano Olivera situada en la plaza de Guisar y que había permanecido cerrada varias décadas.
Rondaba el año 1952. Entre aquellas pertenencias encontraron estos tacos que guardaron. Con los años, Vicente Ibor (hijo de Bienvenido) y su mujer, Eva Buil, se hicieron cargo del negocio familiar y quisieron profundizar. “Buscábamos todo tipo de información: datos, fechas, autoría… Sin embargo, resultaba enormemente difícil. También preguntamos a algún historiador o estudioso porque intuíamos su valía, pero no nos hacían caso”, apuntan.
No obstante, no se dieron por vencidos, y al llegar el confinamiento, aprovecharon esos meses para intensificar la investigación. Fue entonces cuando contactaron, a través de internet, con el profesor Miguel Ángel Pallarés, uno de los grandes expertos en los inicios de la imprenta en Aragón. Le enviaron fotos, hablaron y en cuanto pudo, se desplazó hasta Barbastro con su mujer para examinarlos. “Cuando los vio, no se lo podía creer”, explica Buil, quien aún transmite la emoción de Pallarés al contemplar una colección de tal calidad. Se encontraba muy asombrado de que todavía pudiera permanecer inédito un conjunto de tacos de estas características. Especial valor cobran los firmados por Vingles y que se hallan en un estado de conservación excepcional. La exquisita condición de las maderas empleadas ha facilitado su conservación, así como los trabajos de la familia Ibor para limpiar de carcoma las piezas amenazadas.
La colección de tacos xilográficos, preservada y de carácter privado, no se encuentra disponible al público.