Ribagorza

Carlos Figuero: «Este trabajo permite cercanía y llegar al corazón de la gente»

Carlos Figuero trabaja como guía en Torreciudad, un oficio que la apasiona porque le permite “ir a la trastienda de las familias y ver su fe”

Carlos Figuero en una de sus explicaciones sobre Torreciudad. Foto: S.E.
Lola Gª Casanova
30 septiembre 2024

A un club de tiempo libre en una isla canaria asistía un chaval coreano. Con los años, el niño se ha convertido en un reputado profesor universitario de Física que vive en Seúl y ofrece conferencias por todo el mundo. Hace unos meses llamó a Torreciudad desde Alemania y preguntó por Carlos Figuero, antiguo monitor de ocio de su niñez y ahora director de Promoción y Delegados del santuario mariano. La historia es la siguiente: Un grupo de 30 coreanos, todos ellos conversos al catolicismo y residentes en Vietnam, EE.UU. y Corea se iban a encontrar en Barcelona. Preparaban un viaje al santuario de Lourdes y en su camino iban a parar en Torreciudad. El motivo: acompañar a una amiga que sufría una enfermedad incurable. 

Historias como esta, sucedida hace tan solo unos meses, llenan el corazón. Pero la fe no agota los motivos para visitar este lugar de culto. Algunos turistas, en su camino hacia Aínsa o Graus, ven esta mole y deciden, de forma espontánea, acercarse. A otros se lo han recomendado en oficinas de turismo o guías. E incluso hay quien se adentra preguntando si se trata de un templo budista…

“La cantidad de gente que nos visita sin saber a lo que viene no resulta nada desdeñable. En este caso las explicaciones se ciñen más a datos. Pero, casi con seguridad, sacarán a colación si aquí pasan cosas. Y nosotros hablamos de los favores de la Virgen”, explica Figuero. Favores porque nuestros problemas suelen responder a temas cotidianos: amor, trabajo, familia… Porque pedir a la Virgen y regresar para darle las gracias constituye otro de los motivos para ir.

A muchos de estos turistas los acompaña Figuero. “Me encanta mi trabajo porque tocas el paño. Y, sobre todo desde el confinamiento, la gente se abre más a contar qué le preocupa”. En este periodo postpandemia también han incrementado las visitas de personas, de cualquier lugar del mundo, que se conectaban a la misa que se retransmitía desde Torreciudad y que de otra forma “nunca hubieran venido”. Un trabajo que le permite “ir a la trastienda de las familias y ver la fe de la gente. Y aquí entra la parte del corazón”. 

Desde su página web se puede organizar la visita en detalle escogiendo qué ver. Como director de Promoción, aboga por sumar esfuerzos para difundir el turismo religioso de esta zona y no mirarse el ombligo. Ellos acuden a las ferias bajo el paraguas del Gobierno de Aragón quien señala “ha comprendido el potencial de esta parcela. Además, pertenecemos a la Ruta Mariana. Zaragoza, Montserrat, Meritxell, Lourdes, Torreciudad… Como a quien le gusta el vino. No se va a quedar sólo en conocer una bodega, sino que se interesará por otra. Con el turismo religioso y los santuarios ocurre la mismo. Uno te lleva a otro”.

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