Barbastro

Fin de la vendimia mientras FERMA 2024 analiza las cosechas del almendro y del olivo

A las puertas de una FERMA que se centra en el sector primario, repasamos la situación de la triada mediterránea: el almendro, el olivo y la vid

La vendimia comenzó en la segunda quincena de agosto. En la foto, en las viñas de Sommos. Foto: S.E.
El Cruzado
14 octubre 2024

Pasado el fin de semana, arranca una de las actividades más veteranas de FERMA: los encuentros profesionales que, en los últimos años, han tomado la forma de misiones comerciales inversas. De la mano de la Cámara de Comercio y del clúster de maquinaria agrícola, una docena de fabricantes aragoneses establecerán contacto con nueve importadores, que llegan de países como Estonia, Irlanda, México, Letonia, Francia y Australia. 

La otra gran cita agraria que ha sobrevivido a los vaivenes del principal certamen ferial de Barbastro llega en forma de unas jornadas: la de leñosos, que organiza ASAJA y que cumplen 29 ediciones este 2024. Casi 30 años hablando ininterrumpidamente del almendro y del olivo. En este caso, analizarán la campaña 2024 en estos dos cultivos. Por otra parte, el Somontano encara la recta final de la vendimia, completando la famosa triada de cultivos mediterráneos que tanto peso cobran en esta comarca. 

XXIX Jornadas de Leñosos dentro de FERMA 2024

ASAJA Huesca promueve estas Jornadas de Leñosos que, este año, tendrán lugar a partir de las 17’30 horas en el recinto ferial de Barbastro. Desde la organización agraria, subrayan que durante todos estos años “se ha puesto en valor el cultivo del olivo y del almendro del Somontano”, poniendo sobre la mesa diferentes aspectos: su evolución anual, el precio, los mercados nacionales e internacionales, novedades tecnológicas, maquinaria, plagas, abonos, la PAC, etcétera. 

“Todo ello ha permitido formar el sector y profesionalizarlo, sin olvidar la parte tradicional, sobre todo en el olivo”, explica José Antonio Salas desde esta organización. 

En cuanto al sector del almendro, ASAJA analiza la “gran evolución varietal” en estos últimos 30 años. Se ha pasado de variedades de floraciones tardías y autopolinizantes y de ahí a variedades de floración extra tardía, que minimizan el impacto de las heladas. Además, han evolucionado las técnicas de cultivo, sobre todo en poda.

Respecto al olivo, en estos años se ha cambiado, sobre todo, el tema de la recolección. De la manual con varas a la manual mecanizada (vibración, como en el almendro) y a las cosechadoras en el caso de las explotaciones de alta densidad. También se seleccionan las variedades más productivas, con especial atención a las que se adaptan bien a las explotaciones superintensivas. Eso sí, sin dejar de lado una de las variedades más tradicionales: la aberquina.

La campaña de 2024

Desde ASAJA Huesca adelantan a El Cruzado Aragonés algunos de los datos que analizarán en esta jornada de leñosos en FERMA. Así, en el caso del almendro, cabe destacar que en la provincia de Huesca se cultiva una superficie de 16.700 hectáreas, declaradas en la PAC. La previsión alcanza las 5.000 toneladas de cosecha. En Aragón, se cultivan en torno a 82.250 hectáreas y se prevé recolectar unas 22.000 toneladas, lo que implica un siete por ciento más que en 2023. 

Respecto al olivo, Aragón destina 42.700 hectáreas, de las que 6.000 están declaradas en la provincia de Huesca. En este aspecto, la organización agraria precisa que “muchas hectáreas de olivar no se declaran”, por lo que la superficie total aumentaría entre un 20 y 30 por ciento que no se registra en las estadísticas agrarias.

Respecto a la cosecha, se prevé recoger, en el total de Aragón, unas 11.500 toneladas de aceite, lo que supone un seis por ciento inferior a 2023 por la falta de olivas en Teruel. En la provincia de Huesca, los cálculos llegan a las 2.500 toneladas de aceite. “La mayoría de virgen extra si son favorables las condiciones fitosanitarias y climáticas”, acotan en ASAJA. Y de esas 2.500 toneladas, el 30 por ciento, aproximadamente, corresponde al Somontano.

La vendimia más corta

Completamos este repaso a los cultivos más tradicionales con la vid. Esta vendimina hace historia. El motivo, su cantidad escasa, la más baja de los últimos años. Cuando apenas faltan unos días para que finalice por completo la recolección de las uvas, y con la gran parte del fruto ya en bodega, se superarán los 15 millones de kilos. La media se cifra en 18 millones. “Y esta es la uva que tenemos, no hay más para elaborar nuestros vinos” explicó Francisco Berroy en la fiesta de la Rematadura de bodega Pirineos.

El director técnico de la DOP Somontano, Óscar Torres, confirma estas cifras. Los motivos hay que buscarlos en una serie de inclemencias meteorológicas. Por una parte, la helada en la noche del 23 al 24 de abril. “No estamos acostumbrados, supuso el descenso de temperatura más acusado en esas fechas en 25 años. A esto se unió el pedrisco que también cayó en esas mismas fechas y afectó a 700 hectáreas. Así como el pedrisco y las lluvias de verano y septiembre”. Un descenso en producción que, de forma similar, acusan tanto las variedades blancas como las tintas. La actividad en bodega notará la merma y llegarán menos botellas al mercado. 

No obstante, la calidad de la uva resulta impecable. “Ya que el viticultor trabaja para obtener la mejor uva posible. Un buen vino precisa de una buena uva. Con buena uva se puede hacer un mal vino, pero nunca la revés”, asegura Torres. Además, si el fruto de la vid no alcanza los estándares exigidos, las bodegas los penalizan. 

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