En la Diócesis de Barbastro-Monzón hay una serie de órganos de gobierno unipersonales.
Los delegados:
El delegado de Anuncio: Coordina la evangelización en la Diócesis, impulsando la catequesis, la enseñanza y la pastoral juvenil. La delegada de Caridad: Lidera las acciones caritativas y sociales, coordinando a Cáritas y otras iniciativas solidarias. Promueve la justicia social y la atención a los más vulnerables, como migrantes, enfermos y encarcelados. La delegada de Celebración: Se encarga de la vida litúrgica diocesana, fomentando la participación activa de los fieles en las celebraciones y asegurando que estas sean dignas. Forma a los animadores litúrgicos y a los ministros extraordinarios de la Eucaristía. El delegado de Comunión: Fomenta la corresponsabilidad y la comunión dentro de la Diócesis, fortaleciendo los lazos entre parroquias y laicos, y revitalizando los equipos de animación pastoral y formación del clero.
Los arciprestes, que son responsables de coordinar la actividad pastoral en sus respectivos arciprestazgos, animando a los párrocos y laicos a trabajar de manera colaborativa. Promueven la organización de actividades conjuntas y supervisan el cumplimiento de las directrices diocesanas.
Los moderadores de Unidades Pastorales, que son responsables de coordinar la pastoral en unidades que agrupan varias parroquias, asegurando que las actividades se realicen de manera integrada y eficiente. Colaboran con los arciprestes para implementar el plan pastoral diocesano.
Los animadores de la Comunidad. Son laicos formados que se encargan de fomentar la vida comunitaria en las parroquias y unidades pastorales. Promueven la participación de los fieles, organizan actividades formativas y espirituales, y coordinan la pastoral social. También apoyan en la preparación de las celebraciones litúrgicas, asegurando una buena organización y participación. Son el nexo entre el clero y los laicos, promoviendo el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.