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EE.UU., un país que descansa en la cultura del esfuerzo, ante las próximas elecciones

Laura García y Sergio Postigo, de Barbastro, junto a Mario Mateo, de Sena, llevan años viviendo allá. Nos hablan de vida y política

Arriba, la familia de Laura García Polo; abajo, la familia de Sergio Postigo y a la derecha Mario Mateo junto a un viejo pozo de petróleo. Fotos: S.E.
Lola Gª Casanova
04 noviembre 2024

Escena en España. Un bar, y alguno de los parroquianos comenta la actualidad política. Para mal, claro… Con mucha probabilidad a esta voz estentórea y solitaria se le unan otras y así se acabe formando una tertulia espontánea que dé un buen repaso a sus señorías. 

Pero esta escena también puede transcurrir en (casi) cualquier reunión española. Pero, rara vez, muy rara vez, en un encuentro entre estadounidenses. “Generalmente por aquí, con conocidos o compañeros de trabajo, no se habla de política, ni de religión. Tienes que tener mucha confianza con alguien para abordar esos temas”, nos comenta Sergio Postigo, quien lleva diez años residiendo en San Diego (California). 

Desde la otra punta del país, en Dover (Delaware), la también barbastrense Laura García Polo ratifica este hecho. “Para mantener una conversación de política debes compartir mucha amistad. La escena del bar en España resulta impensable. Aquí, en general, la gente expone poco sus convicciones políticas. Aunque, a veces, alguno coloca el cartel de su partido en el jardín frontal de su casa… pero pocos. Y opinen lo que opinen, la política no entra a destrozar relaciones personales”.

Pero de alguna forma, Donald Trump alteró el escenario. Así lo ve el senense Mario Mateo quien lleva más de dos décadas residiendo en Dallas (Texas). “Reitero que todo cambió mucho con la llegada de Trump al poder. El populismo y la política de demagogia sistemática han enfrentado a la sociedad estadounidense de una forma que no se había vivido en las últimas décadas”. 

Y aunque sí confirman estas posiciones enfrentadas “no más de lo que se puede vivir en España”, puntualiza García Polo y para Postigo: “Esa es la percepción que obtienes viendo las noticias o leyendo el periódico, porque como he dicho, no se habla del tema”.

El proceso electoral en Estados Unidos 

El camino hacia la Casa Blanca comienza en la primavera del año anterior al año electoral. En el tiempo en que se postulan los candidatos de cada partido. A nuestros “vecinos”, todo el proceso, les resulta largo. Además, se aprovecha la convocatoria para otras consultas. “Como hay elecciones para la presidencia, también se va a votar sobre otros temas más domésticos en California y el condado de San Diego”, aclara Postigo. Por otro lado, también resulta significativo para un español el hecho de que para votar haya que inscribirse. “Al no existir un DNI como en España, si no te registras para votar no vas a aparecer en la lista”, explican y añaden: “Por otro lado, el voto por correo resulta sencillo. Lo solicites o no, vas a recibir la papeleta en casa. Luego puedes utilizarla o no”.

De este sistema electoral, Mateo destaca que no se trata de un sistema en el que el voto “real” sea representado. Es decir, a la hora de elegir presidente, cada estado aporta el total de sus representantes a un único partido, (aunque haya ganado por un solo voto). Y sucede porque el voto del colegio electoral (el estado) está por encima del voto popular. “Aquí en Texas están en juego 40 votos electorales que irán al partido más votado y no se distribuyen de forma proporcional. Por ejemplo, en las cinco grandes áreas metropolitanas (Dallas, Houston, Austin, San Antonio y El Paso) se vota mayormente al partido demócrata, aunque el voto rural se decanta por el partido republicano que, tradicionalmente, gana”. 

En otro gran estado, como California ocurre lo contrario: el triunfo, hasta ahora, va a los demócratas a pesar de la fuerte implantación de los republicanos fuera de las grandes áreas urbanas.

Por su parte, Laura García Polo destaca que las elecciones se llevan a cabo en martes. “Un día corriente. Laboral para los adultos, que acuden con normalidad a su trabajo. Aunque no sea lectivo porque las escuelas acogen los colegios electorales”. Delaware, en la costa este y donde ella vive, supone un caso particular por su escaso tamaño. El condado del norte vota demócrata y hacia el sur, republicano. El condado central oscila… En Delaware se crio Joe Biden (presidente saliente). No obstante, a su juicio: “No creo que este hecho decante al electorado hacia su partido. No veo que exista ningún efecto”. 

Tampoco ve Postigo que este factor acabe siendo determinante para un supuesto triunfo demócrata en ese estado. En el caso de California a favor de la demócrata Kamala Harris.

Tiros y Harris en escena

Estas elecciones han vivido dos momentos inesperados: el intento de asesinato de Donald Trump y la designación de Kamala Harris como candidata demócrata. 

Aquí Postigo opina que para el sector femenino de los demócratas, el hecho de que la nominada demócrata haya sido una mujer “supondrá una reafirmación en su voto. Supongo que para los trumpistas, los atentados también habrán causado el mismo efecto. Para los demás, no creo que haya significado demasiado”. Mientras, Mateo apunta a que ambos hechos “han sido un revulsivo importantísimo para sus respectivas campañas presidenciales”.

El sueño americano

Las oportunidades de trabajo siguen siendo bandera en este país cuya tasa de paro actual se sitúa en el 4’1 %. Mateo afirma: “Se valora el mérito a través del trabajo arduo, el esfuerzo y el talento. Los estadounidenses aprecian a las personas que alcanzan sus objetivos sin influencias externas, como el dinero o el apellido”. Por contra: “Aunque muchos factores hacen de este país un sitio inmejorable también ocultan una realidad si alguien no lo consigue. El sistema de salud y un buen sistema educativo público no están al alcance de muchos. En consecuencia, mucha población vive sin seguro médico y sin acceso a una educación de calidad. Y por supuesto, el sempiterno problema de la posesión de armas y la violencia social que eso conlleva”.

Postigo señala también el trabajo como eje de la vida americana: “Aquí se viene a trabajar. El trabajo y el dinero son lo primero. Si no tienes dinero, ni trabajo, te vas a ver en la calle rápido. Y hablando de gente que está en la calle, es alucinante la cantidad de personas sin hogar que se ve por aquí en California”.

Y continúa reflexionando: “Una cosa que me gusta del sistema americano es una derivada del hecho de que papá estado no está siempre detrás de ti para cubrirte las espaldas. Por ejemplo, la sanidad aquí es privada, los planes de pensiones son casi todos privados. Esto hace que la gente sea mucho más consciente de lo que valen las cosas. Del mismo modo, a pesar de lo individualistas que dicen que son, cuando alguien está pasando por dificultades, la gente de su alrededor son más proclives a aportar alguna ayuda”.

Educación y horarios

García Polo y Postigo, como padres, valoran los horarios como uno de los puntos más positivos. Se funciona mucho más con el horario solar. Se trasnocha menos y se madruga más, respetando los ritmos circadianos “que van más acorde con la naturaleza del ser humano”, asegura Polo a quien todavía se sorprende “hay quien cena a las 17 horas y luego va a extraescolares”. 

En cuanto al sistema educativo, Polo incide en que apenas se otorga importancia a la memorización, “tampoco a la limpieza de los cuadernos”. La enseñanza se vuelca en lo práctico. Los pequeños apenas llevan deberes a casa, “como mucho lectura –aclara– y también se incide en la expresión oral”. Dentro de la calidad, Postigo incluye la comida: “Los comedores españoles les dan mil vueltas. Aquí abunda la comida basura”. 

Tema a parte merece el acceso a la universidad. Son muy caras, pero “resulta sencillo trabajar y muchos estudiantes lo hacen para costearse parte del gasto. Además, el sistema de becas se encuentra más extendido que en España”. Sin embargo, apunta Postigo, “lo normal es empezar un plan de ahorro para las tasas de la universidad tan pronto como nace un niño”.

Para hacer amigos, al desplazarse en coche para todo, “al principio se ve difícil poder contactar con otras familias” narra García Polo según su experiencia. “Pero una vez que conoces a alguien, el círculo se amplía con facilidad. Desde Dover contamos con una gran naturaleza, parques nacionales, playas y montañas muy cerca de casa. Nos encanta”.

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