A Nacho Fernández, el excelente jugador de fútbol vinculado al Real Madrid y a la selección española, le diagnosticaron con 12 años diabetes tipo 1 y le afirmaron que debía dejar el deporte. Sin embargo, con el apoyo de sus médicos continuó. Al montañero barbastrense, Arturo Carvajal la noticia le llegó con 26 años.
Con los datos en la mano, en España cada año se diagnostican entre 1.400 y 1.500 casos de diabetes tipo 1 en menores de 14 años. A los que se sumarían los casos en la edad adulta, de los que no existen apenas registros. Y añadir los 1.100 (generalmente población de más de 14 años) que, cada día, se incorporan al grupo de diabetes tipo 2. Enfermedad al alza, podría alcanzar los nueve millones de afectados en 2025, según datos aportados por la Federación Española de Diabetes (FEDE) y supone el 90 % de todas las personas con diabetes.
Continuando con datos, en diciembre de 2021, Aragón contabilizó 94.279 casos, (excluyendo la gestacional). La prevalencia se fija en el 7’14 %. “Pero muchos no cuentan con diagnóstico. De hecho, las estadísticas señalan que esta enfermedad llega al 13 % de la población”, señala María Rasal, miembro de la Asociación Diabetes de Zaragoza.
No es lo mismo
Este exceso de glucosa en sangre se origina, en algunos, por una enfermedad autoinmune. “Y no hay nada que hacer. A algunos les toca y, por ahora, no se puede prevenir. El páncreas no funciona correctamente y dependen de la insulina desde los primeros momentos”, explica el pediatra Santiago Conde, coordinador del registro de niños con diabetes en Aragón.
En estos casos, la diabetes suele manifestarse de manera brusca. Entre los síntomas, enumera Conde, sed excesiva y micción frecuente y pérdida de peso involuntaria que, a pesar de comer más, no se recupera y sensación de agotamiento o visión borrosa. “Si no se atiende a estas señales, el problema se agrava hasta desencadenar una cetoacidosis. Aquí aparecen vómitos, deshidratación e incluso coma. Cuando un niño alcanza esta situación el control de su diabetes se volverá más complejo porque el páncreas ha llegado a un mayor nivel de estrés. Por tanto, cuanto antes se confirme el diagnóstico, mejor”. Momentos que las familias viven con vértigo e incertidumbre. Al tratarse de menores, los padres recibirán toda la formación necesaria para manejar la situación. “Puede ser abrumador, pero no debemos olvidar que la vida de un niño con diabetes puede ser igual que sin ella. Sólo requerirá más control”.
Rasal, de la Asociación Diabetes Zaragoza incide en que, al principio, aparecen miedos. “Saber que eres diabético nos afecta a todos. Da igual la edad que se tenga porque se trata de una enfermedad crónica y exige, sobre todo, cambiar hábitos. Y variar las rutinas cuesta esfuerzo. Y más cuanto más mayores”. Sin embargo, afirma: “No tiene por qué limitar tu vida, tu ocio o tu trabajo, pero adaptándolo a tu condición. No se debe vivir como si tu diabetes no existiera”.
Estilo de vida
Aunque el patrón señala que el tipo 1 aparece en los primeros años de vida y el 2 con cierta edad, los médicos están observando a adultos con tipo 1. “Nos damos cuenta cuando la persona no responde de la forma adecuada al tratamiento de tipo 2. Por ello, también entre los propios médicos debemos permanecer atentos a las manifestaciones de la diabetes tanto en niños como en adultos”.
De hecho, en los últimos años se han multiplicado los jóvenes de entre 15 y 18 años con tipo 2. Estos casos se ligan de manera inequívoca a hábitos de vida no saludables. “Si te pasas el día en el sofá, bebiendo refrescos y con comida basura, cuentas con muchos puntos para desarrollar esta afección”, comenta Conde. E insiste: “La relación entre los hábitos de vida y la diabetes se encuentra muy estudiada. No nos cabe duda”.
A su vez, Rasal señala que los pilares para gozar de calidad de vida con diabetes pasan por el control de tu glucosa, una alimentación saludable y el ejercicio físico. “Hay que moverse. No hablamos de correr maratones, cada uno en la medida de sus posibilidades y condición. Utilizar bastón o que duela una rodilla no debería verse como impedimento. La actividad física disminuye los niveles de glucosa y mejora la absorción de la insulina. Además de aportar otros muchos beneficios como el bienestar emocional”.
El sobrepeso y el sedentarismo aparecen como detonantes de la diabetes tipo 2. España presenta uno de los índices más altos de Europa de exceso de kilos en niños y jóvenes. A pesar de los datos, Conde asegura que los mensajes de apostar por una vida con hábitos saludables van calando en la población. Y también puntualiza: “Existe una relación directa entre el nivel cultural y económico de la familia y el sobrepeso. A renta más baja, peores hábitos”. Sin embargo, no cabe duda de que siempre se puede hacer algo por mejorar los hábitos.
La genética también sale a relucir en esta patología. Si bien existe una relación entre el desarrollo de la enfermedad y la herencia familiar, también se ha demostrado con claridad que resulta más determinante qué se come y cómo se vive. “Volvemos al tema de los hábitos. Debemos cuidar la alimentación con especial cuidado a los procesados, azucarados… De hecho, en la asociación ofrecemos talleres para leer las etiquetas de los productos que compramos”, explica Rasal. Ella incide en la importancia de la asociación. Ofrecen acogimiento y solucionan dudas, sobre todo, tras el diagnóstico. Además de charlas, talleres o como vehículo para canalizar peticiones hacia organismos, colegios o empresas.