Lo fácil cuando uno desea ser solidario pasa por acudir como voluntario al lugar de la tragedia o abrir el monedero y donar la cantidad que se ajuste a nuestra economía. Pero hay quien prefiere poner su buen hacer profesional al servicio de la solidaridad. Ha sido el caso de Estela, residente en Barbastro, quien está creando 180 bolas de Navidad solidarias para destinar la recaudación a los afectados por la DANA en Valencia. En concreto, a la asociación Interampa de Paiporta.

El trabajo no lo realiza sola desde su casa. Las bolas navideñas van decoradas con un fondo con una pala excavadora que representa la limpieza de las calles y, encima, muñequitos Disney con herramientas. Estos muñequitos y el resto de la decoración de la bola surgen de la técnica de sticker y stamping. Esto es, se crean unos dibujos que, convertidos en pegatinas y mediante estampación de motivos conforman un diseño final. Estela buscó ayuda en las redes sociales para crear estas laboriosas pegatinas entre sus colegas manicuristas. Han llegado hasta Barbastro contribuciones desde Italia, Abu Dabi, Argentina y Florida, así como desde diferentes puntos de España.

Desde hace más de 15 días, se reúne en su casa con un grupo de colaboradoras. Junto a Merce, Maite, Maricarmen, Geraldine y Lucre montan todos los elementos de la bola navideña, la envuelven y la remitirán a quienes compran este detalle navideño solidario.

180 bolas navideñas desde Barbastro

180 bolas porque el trabajo artesanal no permite crear más. Todo el dinero recaudado, diez euros por bola, se destina a la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de los colegios de Paiporta, en Valencia: Interampa Paiporta. En el video en redes sociales en los que Estela presentaba su idea, se explica el destino: “Pensamos en acudir como voluntarios, o enviar material. Pero con el dinero, Interampa podrá comprar lo que necesite”.

“No se trata de una venta de bolas, sino una llamada a la solidaridad”, recalca la promotora de esta iniciativa que se ha convertido en un símbolo de esperanza y solidaridad. Y es que los elementos que decoran la bola se convierten en un recordatorio del sufrimiento en Paiporta y otras localidades, pero también, como subraya Estela, “la bola recordará a quien la mire el trabajo en equipo y la generosidad que unieron a tantas personas para hacer frente a la adversidad”.