Editorial
El Cruzado
Editorial

Gracias, gracias, gracias

El Cruzado
21 febrero 2025

Con esas palabras cerró su primera homilía en la Diócesis de Barbastro-Monzón el que desde el 22 de febrero de 2015 es su obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo. Diez años se cumplen mañana de aquella multitudinaria ceremonia en la Catedral de Barbastro y de un compromiso que verbaliza con frecuencia: “Ya no existo, me debo a esta esposa hermosa por dentro y por fuera”.

Hace pocas semanas, en una entrevista a este semanario, recordaba don Ángel cómo fue el inicio de su pastoreo, peinando con su coche una diócesis extensa, con 252 parroquias pequeñas y diseminadas y pocos sacerdotes con una media de edad elevada. El reto, entonces y ahora, que nadie se pierda. Sobre ese objetivo ha impulsado una reestructuración diocesana, pastoral y geográfica, que va cogiendo velocidad tras unos primeros pasos ilusionantes, llenos de dudas, miedos también, y no exentos de dificultades.

Su guía, junto a la generosidad del presbiterio, de los consagrados y consagradas y de los muchos seglares que se han ido implicando de forma activa en la vida de Iglesia local, hacen posible una distribución más justa y eficiente de los recursos pastorales, asegurando que cada rincón de nuestra diócesis reciba la atención espiritual, celebrativa y caritativa.

Esta nueva manera de ser y hacer, que hace unos días explicó una delegación de Barbastro-Monzón a los sacerdotes de la Diócesis de Tortosa y pronto compartirán en la de San Sebastián, sella un compromiso con el territorio y cada uno de sus vecinos. Que ningún campanario deje de sonar, que la Iglesia misionera, en salida, se haga real en esta parte del Alto Aragón oriental. En tiempos de concentraciones capitalinas, de olvido de los ya olvidados, de dispersión y distancia, este nuevo modo de caminar compartiendo sendero, pero respetando los modos de andar y las velocidades, supone un faro de luz y esperanza.

Gracias, gracias, gracias.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Más en Editorial