Han pasado 26 años desde que se constituyó la Diócesis de Barbastro-Monzón y comenzó un litigio que aún espera la resolución de las últimas alegaciones. Han pasado 11 años desde que el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón abrió sus puertas, con algunas paredes vacías, esperando el arte de las parroquias diocesanas que seguía en Lérida. Muchos años que muchos han vivido de cerca y que este pasado martes no se perdieron la reapertura de este museo, ahora sí, con todo lo que le pertenece, con un sentimiento generalizado de alegría y satisfacción.
Es el caso de Pedro Escartín, exvicario de la Diócesis, que conoce todo el proceso “desde dentro”. “Hoy es un día para la satisfacción por haber visto terminado un trabajo que ha llevado muchas dificultades”, decía, y recordaba los muchos recursos que han salpicado este litigio. “Lo único que se puede sentir hoy es una alegría por ver culminado, o muy encarrilado, un proceso que ha dado muchos quebraderos de cabeza y que, sinceramente, yo no tuve nada claro que pudiera terminar”.
También “mucha satisfacción” para el expresidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, por “haber conseguido un objetivo que parecía al principio sencillo pero que se complicó muchísimo y costó mucho”, expresaba. Ahora, con el museo completo, manifestaba a la vez “nostalgia, porque me gustaría que lo pudiera haber visto Manuel Iglesias, que trabajó durante 40 años con el patrimonio y reclamando estas obras. Este trabajo lo recogemos nosotros pero ellos lo sembraron”.
“Siento satisfacción y nostalgia, porque me gustaría que lo hubiera visto Manuel Iglesias, que trabajó 40 años con el patrimonio”
Marcelino IglesiasExpresidente del Gobierno de Aragón
Alcaldes
Del mismo modo, los actuales alcaldes de Barbastro y Monzón recordaron el trabajo de quienes durante años han reclamado los bienes. El de Barbastro, Fernando Torres, mandaba “un recuerdo a todos aquellos que nos han precedido en esta dura lucha que ha tardado 26 años para permitir que esas obras regresen a este museo, a la tierra de donde partieron hace demasiados años”.
En la misma línea, Isaac Claver, primer edil de Monzón, manifestaba que era un día de “mucha alegría y emoción y, sobre todo, agradecimiento por todo el trabajo realizados por nuestros predecesores y que, afortunadamente, hoy podemos vivir otros en primera persona”. Añadía Claver que “es un orgullo poder ver que nuestros bienes está de vuelta a nuestra tierra y es un sentimiento muy bonito como aragoneses, porque tenemos un patrimonio muy rico y variado”.
Ribagorzanos
Marcelino Iglesias también se mostraba satisfecho por poder ver expuestas obras como el frontal de Buira o la arqueta de esta misma localidad, cercana a su natal Bonansa. En cualquier caso, realzaba la importancia del “conjunto, que ha vuelto a su sitio después de un camino largo, tortuoso y difícil”.
El actual presidente de la comarca de La Ribagorza, Marcel Iglesias, manifestaba una “gran ilusión por poder ver por fin muchas de estas obras expuestas”, resaltando que algunas de ellas eran inéditas en una exposición. También resaltaba el origen ribagorzano de muchas de ellas, deseando que “se pudiese ver una parte de ellas en una nueva extensión del Museo que se podría dar en Roda de Isábena, yo creo que es la sede catedralicia primigenia y que da sentido a este obispado y a la época en que se hicieron estas obras”, añadía.
“Lo único que se puede sentir es alegría por ver culminado un proceso que yo no tuve nada claro que pudiera terminar”
Pedro EscartínExvicario de la Diócesis de Barbastro-Monzón
Otro ribagorzano presente en la reapertura del Museo Diocesano fue Miguel Gracia, presidente de la Diputación Provincial de Huesca y alcalde de Arén. “Ver colgada aquí la obra de nuestro municipio, el frontal de Treserras, en este caso, una de las obras más significativas, produce una emoción…”, declaró. Y mostró una gran satisfacción por la jornada, deseando que el museo y la posible actividad que pueda realizarse en los pueblos “contribuya a que haya vida en el territorio”.
Amigos del Museo Diocesano
Miguel Ardanuy es el presidente de la Asociación de Amigos del Museo Diocesano, quien también acudió el pasado martes al acto de reapertura del museo. Ardanuy destacó que las piezas que estaban en Lérida ya están aquí y deseo que “se resuelva en breve el problema judicial y puedan ser ya cien por cien nuestras”.
Además, valoró el trabajo de los socios, que “estamos deseando poder invertir para recuperar las piezas que han llegado”. Y señaló que “es indudable que el Museo está en un punto álgido. Ha alcanzado el mayor esplendor y que va a tener una gran proyección con estas obras nuevas que se han incorporado”.