El Instituto Aragonés del Agua ha licitado las obras para la construcción de un muro de defensa frente a inundaciones en el municipio de Benasque. El importe asciende a 1.306.636,10 euros y el plazo de ejecución previsto de seis meses. Las empresas interesadas pueden presentar sus ofertas hasta el próximo 21 de abril de 2025.
La construcción de este muro, que se incluye en el Plan Pirineos, tiene como objetivo reducir la vulnerabilidad del casco histórico de Benasque ante las crecidas extraordinarias del río Ésera. Este afluente del Cinca drena una cuenca de montaña de 1.531 km² en el Pirineo Central. En los últimos años, se ha constatado un aumento tanto en la frecuencia como en la intensidad de las inundaciones en este entorno, como consecuencia del incremento global de las temperaturas y del crecimiento del tejido urbano.
El casco urbano de Benasque presenta una especial vulnerabilidad frente a estos episodios. El agua puede provocar importantes daños, erosión, presión hidráulica o el impacto de materiales arrastrados por la corriente. Por ello, las obras proyectadas para construir este muro en Benasque tienen como objetivo principal reducir esta exposición ante las avenidas más probables. Estas engloban aquellas con un periodo de retorno inferior a 10 años, es decir, para caudales recurrentes de hasta 340 metros cúbicos por segundo.
Muro de protección en Benasque
El proyecto contempla dos medidas principales. La primera consiste en el recrecido del muro de defensa que ya existe en la margen izquierda del río Ésera. La actuación se centra en el tramo comprendido entre el puente de “La Palanca” y el Puente Gótico. Se trata de 447 metros, con recrecidos en altura que oscilan entre 1 y 1,5 metros.
La segunda medida es la recuperación parcial de la margen derecha del cauce, imprescindible para compensar el desplazamiento del flujo principal del agua hacia este lado tras el recrecimiento del muro opuesto. Se actuará sobre una superficie de unos 2.550 metros cuadrados, eliminando el terraplén actual y retranqueándolo hasta el pie del camino de servicio, que se mantendrá en su trazado actual. Esta intervención permitirá aumentar la sección hidráulica del cauce, reduciendo la velocidad de la corriente y, con ello, su energía cinética, sin necesidad de incrementar los calados.