Si para Belén Lacoma escribir es uno de sus “hobbies y vía de escape”, que uno de sus relatos lo hayan destacado por su mensaje lo hace doblemente excepcional. Maestra en Zaragoza y nacida en Salas Altas, su microrrelato ‘(Des) cargando…’ fue el ganador sobre los 237 presentados al VII Concurso de microrrelatos contra la violencia de género ‘Jóvenes que contar’, organizado por el Instituto Aragonés de la Juventud. “No me lo esperaba. Fue una gran sorpresa. Era el primer concurso que me presentaba y solo se lo dije a mi madre. Pero ni siquiera le deje leer el relato. Que haya calado tanto el mensaje y haya gustado es un honor”, indica.
Uno de los objetivos de este concurso era concienciar a la juventud sobre la importancia de la violencia machista. Lo primero que quería expresar con su relato era “un mensaje directo para captar la atención, contextualizándolo a una situación diaria en los jóvenes”. Sobre él, explica que en un principio intentó enfocarlo a las redes sociales, “porque son una de las herramientas más dañinas que promueven la violencia de género”. Confiesa que la cantidad de ideas que tenía sobrepasaban el límite marcado en los microrrelatos, por lo que buscó algo “más breve y sencillo pero conciso”.
“Miré el móvil y vi que tenía poca batería. Ahí se me apareció la historia completa en mi cabeza. Hice una metáfora o comparación entre un teléfono que se queda sin batería y la vida de una mujer. Para seguir adaptándolo y que fuese directo para las chicas más jóvenes, lo extrapolé a mi vida”, explica. Ella, como muchas otras mujeres, ha estudiado y trabaja fuera de su localidad natal. Así que para contactar con su madre lo hace a través de llamadas y mensajes en WhastApp. “Comparé la conversación de una chica que sufre violencia machista con su madre y con la batería del móvil”, añade.
Sensibilización
Asegura que en las redes sociales entra en juego la violencia psicológica que “no se suele tratar como tal, sino que la intentamos tapar”. “Muchas marcas publicitan sus productos con mensajes sexistas de forma indirecta y no nos damos cuenta porque lo tenemos asumido. Las redes sociales tiene una doble vía. La cantidad de mensajes machistas en la publicidad y si tienes pareja el hecho de que te controle lo que dices o lo que publicas. Es un arma de doble filo”, subraya.
En cuanto a la sensibilización de este problema en la escuela, como maestra asegura que se deberían tratar más temprano. Ahora que está “en el barro” es consciente de que los jóvenes vienen muy adelantados, “porque a los 9 años ya tienen móvil y a las 10 redes sociales”. “Hay veces que cuando ocurre ya es tarde porque lo tratamos en segundo plano”, agrega.
Apuesta por promover más charlas, talleres o lecturas “a fondo, de forma puntual pero continua y desde educación primaria”. “Deberíamos saber que la violencia machista no aparece tan tarde como creemos. Debemos actuar antes al menos para solventar problemas ligados a esta violencia. No digo que sé de ya en primaria, sino que hay comportamientos o aptitudes machistas que puede desarrollarse en violencia”, concluye.