La doctora Lola Fábregas está finalizando el papeleo para jubilarse de su puesto en reumatología en el Hospital de Barbastro. Hace solo un mes, en la charla magistral de despedida, repasó la historia del hospitalismo en la ciudad. Ella, con tan solo 18 años, formó parte de la Asociación Cultural del Somontano (ACUSO) que, en plena Transición, a finales de los años 70, canalizó la petición popular para contar con un centro hospitalario en la ciudad. 

“ACUSO catalizó el descontento ciudadano. Yo era una joven idealista, que vivía manifestaciones en la universidad y al llegar aquí, a casa, encontré a gente con mis mismas inquietudes, con la osadía de montar esa asociación”, rememora. Un colectivo que congregó a muy diversos ciudadanos, con idelogías de todos los espectros políticos, añade. “Había muchas ganas de cambiar y recuerdo aquella época con muchísima ilusión, mucha camaradería y mucho trabajo”, subraya.

Su ponencia en el hospital transcurrió por fechas históricas, pues el Hospital de San Julián se fundó en el siglo XII y sobrevivió hasta 1938, que luego hasta 1950 estuvo en manos del ejército. Las clínicas privadas sustituyeron los servicios hospitalarios, hasta que entre 1965 y 1977 se sucedieron las gestiones para conseguir la que inicialmente se conocería como Residencia Sanitaria.

Entre estas fechas, Fábregas rememora situaciones como un atropello en 1975, con un accidentado al que hubo que atender en el patio de una casa por no haber ni un puesto de socorro; la muerte en septiembre de una mujer en una clínica, que fue la que desembocó en la recordada manifestación de ACUSO (con importantes acusaciones al alcalde, que dimitió días después). De ahí la movilización de toda la sociedad que desembocó en el hospital. 

Ahora, en 2024, Fábregas cree que “la gente está cansada y nadie se moviliza. Debería haber una unión de toda la política”.