Dos años después, las personas pueden permanecer en espacios interiores sin mascarilla. Salvo en residencias, centros sanitarios y transporte público, desde la semana pasada no hay obligación de llevar boca y nariz cubiertas, según el Boletín Oficial del Estado (BOE). Sin embargo, esto no quiere decir que las mascarillas desaparezcan. De la misma forma que muchas personas han seguido usándolas en la calle cuando se levantó la obligatoriedad, se siguen viendo mascarillas donde no es necesario, o recomendable, utilizarlas.
No es solo una percepción, muchas personas creen que es pronto para retirarlas y aseguran que la seguirán llevando. “Me ha protegido durante dos años y no me he contagiado. Solo faltaría que lo cogiera ahora”, dice Sandra. La cautela y la precaución siguen presentes en una sociedad que parece no querer desprenderse del ‘cubrebocas’ o que ha cogido miedo e inseguridad a caminar por la calle o juntarse con personas sin mascarilla.
“Aunque no es obligatoria, la llevo por respeto”
Cerca de la iglesia de San Francisco, Amparo no lleva la mascarilla puesta sino que cuelga de la mano. “Tú lo estás comprobando personalmente. Por la calle no me la pongo, pero aunque sé que no es obligatorio en interiores, las personas mayores tendemos a ponérnosla”, confiesa. Dice que lo hace “para no contagiar en el caso que lo tengamos”, aunque también “porque somos mayores”. “Gracias a las mascarillas nos hemos librado de mucho. Estoy contenta no por usarla por necesidad sino por las vidas que ha salvado”, indica.
Asimismo, Pilar y Ángel pasean por el puente de San Francisco; ella lleva mascarilla, él no. “Me la sigo poniendo para protegerme a mí y a los demás. De momento no me la pienso quitar, no me molesta tanto como a otras personas”, subraya Pilar. Por su parte, su marido asegura que por la calle no merece la pena: “La llevo solo para entrar en interiores porque ahora el campo está más limpio. Pero no me importa”. Sobre si mantener su uso o no, señala Pilar que a ella le ha ayudado con la alergia y lo ve con buenos ojos.
“No la uso, creo que ahora hay menos riesgo”
José Luis sale de una panadería sin el cubrebocas. A la pregunta de por qué no usa la mascarilla, responde que si no está con muchas personas no se la pone. “Pienso que antes había más riesgo y ahora creo que hay menos. Por eso no hay necesidad de seguir llevándola en interiores”, añade. Sin embargo, señala que ante todo prima el respeto si coincide con personas mayores o de riesgo. “Habrá gente que la seguirá usando, pero dejaría su uso voluntario. No la mantendría porque sí”, apunta.
En la misma calle, opinión contraria. Adriana porta un carrito de la compra y lleva la mascarilla puesta. “Vengo de comprar pero es que la uso igual tanto fuera como dentro. Todavía tengo miedo porque soy persona de riesgo”, señala. Según su opinión, cree que están probando la obligatoriedad o no de la mascarilla para comprobar si aumentan los casos. “Además, mantendría su uso para evitar los casos de gripe en invierno. Seguro que viene muy bien para esas fechas del año con el frío”, insiste.
“En espacios interiores la sigo llevado”
En el caso de Sandra, en espacios interiores sigue llevando mascarilla porque está embarazada. “Por la calle cuando voy sola o en el campo no me la pongo. Pero en interiores prefiero llevarla. Me ha protegido durante dos años y no me he contagiado. Solo faltaría que lo cogiera ahora”, bromea. Asegura que también la usa cuando hay gente fumando cerca o mucha aglomeración. “Para las alergias igual viene bien. Mantendría el uso voluntario. Aunque mucha gente la seguirá usando”, indica.
Por otra parte, Marité reconoce que en espacios exteriores no usa mascarilla, aunque la lleva en la mano “por si acaso”. “Al llegar a un sitio cerrado ya es una rutina eso de ponértela al entrar y quitártela al salir”, añade. Asegura que lo hace “por prevención, por mí misma y por los demás”. “Como vuelvan a repuntar ahora los casos después de Semana Santa no sé qué haría, si mantenerla o no. También depende de la edad que tenga cada persona y la voluntad que tiene de llevarla”, explica.
“Recomendaría su uso un tiempo más”
Eva conoce de sobra la importancia de las mascarillas. Lógicamente, esta sanitaria en su trabajo la lleva, y en espacios cerrados como comercios o actos también la usa aunque no sea obligatorio. “En la calle si no hay mucha multitud no la llevo puesta”, añade. Por otra parte, explica que recomienda extender su uso. “Ha sido beneficioso para las personas propensas a tener bronquitis, anginas, neumonías, todo lo que es vía respiratoria. No de por vida, pero un tiempo más no estaría mal”, señala.
Por último, Felipe camina cerca de un supermercado. Lleva la mascarilla puesta pero a la altura del cuello. Reconoce que en espacios abiertos procura quitársela, pero en cerrados se la pone. “Siempre la llevo en comercios, por ejemplo. Aunque dejen entrar sin mascarilla la llevo. Lo hago por mis familiares. Mi padre y mi madre son de riesgo”, explica. Por otro lado, señala que no mantendría el uso de las mascarillas más allá de la pandemia, “porque la gripe y las alergias las hemos normalizado más, mientras que el covid parece más peligroso”.