Estamos a punto de comenzar el nuevo año litúrgico, que iniciamos con el Adviento. El término procede del término latino adventus (venida, llegada). Este 2023 empieza el domingo 3 y terminará el 24 de diciembre. El Adviento es un tiempo de preparación. Dios va a venir a visitarte.
Durante las cuatro semanas que dura se subraya la alegría contenida de quienes esperamos que el Señor venga. Los cristianos no sólo conmemoramos el aniversario de su primera venida, el recuerdo de algo pasado, sino que, además, celebramos su retorno, su segunda venida al final de los tiempos.
Os hago tres recomendaciones para vivir bien el Adviento: 1.- Escuchar su Palabra. 2.- Compartir con Él nuestra vida (oración). Y 3.- Poner en orden nuestro corazón (confesándote aunque creas que no está de moda o que no lo necesitas).
A propósito de la confesión, en nuestra Diócesis hemos editado una tarjeta donde invitamos a cada uno a descubrir que cuanto más sacas (todo aquello que te estorba, que no te deja ser tú mismo, que te impide ser feliz) más auténtico eres. Más genuino, más de Dios.
En el reverso aparece una ristra de cosas que los jóvenes escribieron en su momento que les gustaría sacar de su corazón. Dios conoce tu pecado pero te llama por tu nombre. Qué bonito. Qué real. Sabernos pecadores, perdonados. El diablo, en cambio, conoce tu nombre pero te llama por tu pecado.
Te invito a preparar tu corazón durante estos días para que el día 24 de diciembre puedas recibir a Dios mismo que viene a visitarte. En Navidad el hombre es “divinizado” por Dios; y la creación entera experimenta su “recreación”.