Barbastro

Isabel Garrido: «Antes de ingerir una seta desconocida, siempre deben fotografiarla previamente»

En los casos leves, el paciente solo presenta una gastroenteritis, pero, en los más graves, puede llegar a necesitar un trasplante de hígado

Isabel Garrido recibió a El Cruzado en su despacho del Hospital de Barbastro. Foto: C.Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
07 octubre 2024

Ingerir setas que se han recolectado por uno mismo requiere una gran responsabilidad. No se trata de un juego. Todos los expertos lo avisan: no debemos ingerir una seta que no conozcamos o de la que no nos encontremos del todo seguros. 

Aun así, algunos se atreven a desafiar al destino y a probar algunas de ellas. Una decisión que en el peor de los casos puede tener un fatal desenlace. En caso de que esto ocurra, la doctora Isabel Garrido, intensivista del Hospital de Barbastro, explica los posibles casos clínicos y sus tratamientos.

¿Qué debemos hacer si no estamos seguros de alguna seta?

No ingerirla. Pero si aún así se las comen, primero deben hacerle una fotografía y mucho mejor si incluso se guarda un ejemplar. De esta manera, cuando acudan a urgencias, podremos enviar la fotografía al Instituto Nacional de Toxicología para que nos confirmen de qué especie se trata. Y con esa información, sabremos cómo actuar.

¿Qué clínicas existen?

La clínica (conjunto de las manifestaciones de una enfermedad) más habitual consiste en una gastroenteritis. Los pacientes comienzan con diarreas, vómitos y malestar general. 

Si estos síntomas comienzan aproximadamente a las seis horas de la ingesta, se trata de un caso leve. Es decir, si la has ingerido a la hora de comer y para la cena te encuentras mal, normalmente se trata de intoxicaciones leves y solo se queda en una gastroenteritis. No obstante, deben acudir al centro de salud y allí le harán una analítica para comprobar los marcadores hepáticos. 

Aunque en muchas ocasiones, las personas ingieren varios tipos de setas cocinados en un revuelto. Por lo que en un inicio pueden estar tranquilos porque los síntomas le han aparecido relativamente pronto, pero quizás, el que lo provoca el fallo clínico es otra seta tóxica que se encontraba en el mismo revuelto.

¿Y si se manifiestan más tarde?

Si los síntomas comienzan a partir de las 12-24 horas, normalmente hablamos de intoxicaciones más graves. 

Comienzan con una gastroenteritis que les dura otras 24 horas, y cuando empiezan a mejorar, comienza el fallo hepático, que sucede como a los tres días de la ingesta. En ese momento, los pacientes sienten, de repente, un enorme malestar general, sin fuerzas, y presentan ictericia, es decir, su piel se vuelve de un tono amarillo. Cuando llegan al hospital, en las analíticas salen las enzimas hepáticas muy elevadas. 

En Barbastro, se dejan en observación y si deriva al fallo, los enviamos a Zaragoza para que continúe en observación y realicen el posible trasplante. Lo que marca la evolución del paciente y la gravedad es el hígado.

¿Existe algún ‘antídoto’?

En realidad sí, solo uno que se une a la toxina y la anulan. Pero claro, ya no pueden actuar frente a la que ya se ha absorbido… Por lo que evita la absorción total de la toxina, pero si el paciente ya ha llegado al fracaso hepático, lo único que podemos hacer es tratar las posibles consecuencias y, en el peor de los casos, realizar el trasplante. 

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