Rafael Quirós Gracián nació en Madrid, pero como sacerdote está ligado a la diócesis de Barbastro-Monzón. Cambiar la provincia de Huesca por Benín iba a traerle muchos impactos culturales; la Navidad no iba a ser menos… “En estas fechas tan entrañables, tan familiares para nuestra cultura española, yo descubrí hace trece años que la manera de vivir la Navidad no es que no sea igual en todos los rincones del planeta, sino que no es ni parecida. A excepción, eso sí, de lo auténtico y central de esta celebración”.
Diferencias también porque, en Benín, “aquí y mucho menos en el norte donde yo me encuentro, no hay ninguna tradición cristiana, y tampoco occidental. Son los colonos los que fueron metiendo alguna de ellas”. Sin embargo, poco a poco este aspecto va cambiando según reconoce Quirós: “En la actualidad la tele, la radio y el internet van mundializando las fiestas y costumbres de otros lares en todas partes. Si consiste en festejar, todo el mundo se apunta”.
Otro asunto que no podemos dejar escapar es que la fe católica no es la mayoritaria. “En la parroquia del Pilar de Bouanri somos poca gente, una minoría muy pequeña de la población, pero eso no impide que en cada capilla de los diferentes pueblos que conforman la parroquia no se celebren las cosas como es debido”.
Festejar estas fechas lleva impresa la felicidad, la buena nueva y otro modo de disfrutarla es dispensando sacramentos. “En Navidad celebramos con mucha alegría el nacimiento de Cristo y aprovechamos la Nochebuena y el día de Navidad para bautizar a todos los niños, pequeños de menos de cuatro años, de la comunidad. Imaginad que sólo en un par de capillas hay luz de paneles solares, flojita, pero suficiente, en las otras celebramos con linternas y velas para iluminarnos. Eso no quita ni un poco de ilusión a la gente”.
Porque esas personas, según cuenta su sacerdote, “sabiéndose casi insignificantes en número, viven la Navidad con una alegría desbordante. Al terminar las celebraciones van en caravana por el pueblo cantando y saludando a la gente y deseándoles felices fiestas”.
Una comunidad pequeña en la que conviven diferentes religiones de manera pacífica. “Suele haber respeto. De hecho, a los bautizos a veces vienen los familiares que no son católicos, sino musulmanes, animistas, evangélicos, y comparten la fiesta con nosotros”.
Y, ¿el menú que tanto trajín ocasiona en los hogares de nuestro país? Quirós responde: “Tienen muy poco, pero comparten siempre. Yo recibo mi comida de Navidad en forma de alguna gallina viva que luego hay que encargarse de matar para poder comerla”.
En esta humilde parroquia de la Virgen del Pilar de Bouanri, la alegría salta de la iglesia a la calle el día 25. “Al atardecer del día 25 los jóvenes y niños suelen hacer teatros, bailes y canciones para todo el pueblo en la parroquia. Y como tienen una semana de vacaciones, si se puede, aprovechamos para hacer encuentros de formación de jóvenes, monaguillos, responsables de niños”.
Para estas próximas vacaciones, además, van a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de una manera especial: “Hemos organizado el encuentro de matrimonios con ocasión de la fiesta de la Sagrada Familia”. Y se despide: “Os deseo a todos una feliz Navidad, que el Niño Dios nazca en el corazón de cada uno”.